Un Mallorca al Kubo

Viernes de Carnaval, desparrame de goles y de locura en el Villamarín. Tras cinco partidos seguidos fuera del once inicial, Take Kubo se disfrazó de Capitán Tsubasa (nuestro Óliver Atom) para reclamar a Vicente Moreno su derecho a la titularidad. El japonés se marcó un gran partido y lo culminó con el tanto del empate final, aliado con los guantes blandos del portero verdiblanco Joel Robles. Tres goles como tres soles para el Mallorca, que logra en el Villamarín su segundo punto de la temporada, inesperada unidad que seguro ayudará a alimentar las esperanzas de salvación baleares mientras hunde un poco más en la mediocridad al Betis. Los verdiblancos se agarraban al este último clavo ardiendo para seguir soñando con ir a Europa, tren que salvo milagro milagrorum ha acabado ya de pasar.

Prescindió Rubi del fichaje invernal Guido Rodríguez y dejó al canterano Edgar en el banquillo. Salió el Betis sin ancla, sin cadena, a tumba abierta contra un equipo, el Mallorca, al que le cuesta una barbaridad defenderse: por eso es ya el más goleado de Primera. Asediaban los verdiblancos la meta de Manolo Reina y había avisado alguna vez el equipo bermellón cuando Cucho dio: su volea será seguro uno de los goles de la jornada (0-1, 16').

Tanta anarquía y laxitud táctica se convertían en el mejor entorno posible para el talento a menudo disperso de Fekir, que se asomaba por casi todos lados y sobre el que Koutris, antes de lesionarse, cometió el primer penalti de la tarde. Canales convertía muy pronto el empate (1-1, 18') y el Betis buscaba inmediatamente la remontada con una gran jugada de Emerson que no remató Fekir a placer y un chut lejano que Loren mandó al palo.

Pero fue el Mallorca el que volvió a dar el zarpazo en otra contra bien llevada por Kubo, Cucho y finamente una media vuelta de Budimir casi dentro del área pequeña (1-2, 28'). Dura poco la alegría en casa del pobre y Fekir volvió a provocar otro penalti al mandar un pase que golpeó la mano de Fran Gámez, precisamente el que había sustItuido a Koutris. El propio jugador francés quiso tirar esta vez la pena máxima, bastante mal por cierto, pero le sonrió Manolo Reina, que casi esquivaba el tiro cuando había acertado la trayectoria (2-2, 36').

A duras penas alcanzaría el Mallorca el descanso sin más daño, pero nada más volver le volvió a castigar Joaquín (50 goles con el Betis, el cuarto ya con más partidos en Primera empatado con Buyo, 3-2, 47'). El VAR enmendó a Gil Manzano el que hubiera sido tercer penalti de la noche, esta vez para el Mallorca, y en medio del correcalles, con Canales fallando un mano a mano ante Reina, Kubo empaló el 3-3 final. Quedaba tiempo para más goles pero sólo existieron pitidos, y lamentos verdiblancos, y una noche con máscaras. Porque Rubi queda muy tocado en el banquillo de Heliópolis.