El Castilla deja escapar dos puntos en el Cerro del Espino
Los de Raúl sometieron al Rayo Majadahonda en el primer tiempo, con doblete de Baeza, pero se deshicieron tras el descanso.
Este Castilla tiene futuro, aunque persista en sus pecados y siga pagando. Tras una primera vuelta inclasificable, con picos de cierta altura y simas profundísimas, Raúl parece cerca de dar con la tecla. En Majadahonda rozó su segundo triunfo seguido, gracias a su sorprendente hombre-gol: Miguel Baeza. El cordobés, medio de estupendo golpeo y llegada constante, hizo doblete en el primer tiempo y elevó su cuenta particular a nueve dianas, más del doble que los segundos artilleros castillistas (Pedro y Fidalgo, con cuatro).
Pero en la segunda parte fue incapaz de contener el empuje majariego y acabó cediendo un empate. Sobre el papel, un punto en casa de uno de los cocos del Grupo I, equipo de Segunda el curso pasado, no es mal premio; pero nada evitó que Raúl y sus jugadores se fuesen del Cerro con la sensación de haber dejado escapar dos puntos.
Los de Raúl contuvieron al Rayo Majadahonda antes del descanso con un espléndido ejercicio de fútbol-control y contundencia: dos llegadas, dos goles. En ambos Baeza sacó a pasear su zurda de seda. Primero, aprovechó un balón suelto en la frontal tras una de las incontables subidas de Fran García y remachó en semi-volea; y luego apareció como improvisado ‘nueve’ para definir con pausa un jugadón colectivo del Castilla, cuya guinda fue la asistencia diagonal de Fidalgo.
Tras dos goles en sus dos primeros partidos como castillista, Marc Gual se fue de vacío del Cerro, aunque su partido tuvo aun así sustancia. Estiró al equipo con su presión constante, se fabricó un par de ocasiones que no supo resolver y le sirvió a Marvin un balón para el 0-3 que el extremo no aprovechó. En el segundo tiempo, la reacción del Rayo le convirtió en una isla, vendido ante los centrales locales.
El Rayo ya insinuó esa reacción en el primer tiempo, en el que Rubén Mesa mandó a las nubes el balón con la portería vacía entera para él, en área pequeña. No fue el día del ariete majariego (12 goles este curso), que tras el descanso dejaría escapar otras dos oportunidades. Se sobrepusieron los de Calero, además, a la lesión de Iago Díaz en la prolongación del primer tiempo; el extremo se marchó en camilla y entre llantos, tras lesionarse en la rodilla él solo en una disputa.
Altube, titular ante la rotura de menisco de Belman, se agrandó en los primeros instantes del segundo tiempo. Negó el gol a Tamayo, con ayuda del poste; a Adrián, de cabeza tras un córner; y a Moyita, de falta directa. Pero no pudo contener el disparo a quemarropa de este último a 15 minutos del final; Moyita fue el mejor y más pujante de los locales, mientras le duró la gasolina. Con todo, el Castilla se agarró al césped del Cerro y capeó durante varios minutos un temporal que, en los balones aéreos, se convertía en huracán. Así llegó el empate final, obra del central Dean; remató de testa en el segundo palo, elevándose sobre la zaga blanca.