Samu Saiz baila en el alambre y catapulta al Girona
Su tanto en el 94’ da los tres puntos a un conjunto rojiblanco que se asienta en el playoff y sueña con el ascenso directo. La roja a Rafa Mir, en el 73’, castigó al Huesca.
Samu Saiz llegó al Girona para ser decisivo y ante el Huesca, su exequipo, demostró de lo que es capaz. Bailó como nadie en el 94’ para marcar el 1-0 y dar los tres puntos a un conjunto rojiblanco que suma un triunfo que le afianza en el playoff y le hace soñar con el ascenso directo. Castiga al conjunto oscense de manera cruel, pero es que la roja de Rafa Mir en el 73’ le puso el duelo muy cuesta arriba. Y si al Girona le regalas, no perdona.
Costó que ambos conjuntos se dispusieran a jugar porque el encuentro arrancó con múltiples faltas algunas excesivamente duras y a destiempo para marcar territorio, pero fue el Huesca el que primero se puso a funcionar. Eso sí, lo hizo con una posesión estéril, algo que le persiguió durante gran parte del duelo. Aunque tampoco hay que quitarle mérito a un Girona serio y perfectamente posicionado que secó bien e hizo temblar en ocasiones a un conjunto oscense cuyo dinamismo y obsesión por tocar y tocar el balón a punto estuvo de costarle caro. Cada vez que Borja García tenía la pelota era vertical y Brian Oliván se hartó a centrar. Pese a que el partido era entretenido, se podía palpar la tensión y la presión por no perder, no hubo demasiadas ocasiones. Del Huesca, ninguna. Todas del Girona. Maffeo y Aday probaron fortuna con disparos desde fuera del área y la más clara para Stuani. En el 41’ dispuso de un cabezazo de los que normalmente no perdona. En una acción de córner, el delantero uruguayo encontró hueco tras sus múltiples movimientos entre Mosquera, Insúa y Pulido y remató solo dentro del área. El balón se marchó alto y el respiro oscense se mezcló con los lamentos de un Girona que llegó más entero y mejores sensaciones al descanso.
Ya en la segunda mitad, la intensidad del Girona seguía imponiéndose a la del Huesca y Stuani fue un quebradero de cabeza para la zaga oscense. Y también para el colegiado porque tuvo que estar muy fino y atento en dos acciones del uruguayo dentro del área. Pidió penalti en el 60’ y después en el 78’, pero no hubo nada. El partido era rojiblanco y aún se tiñó más cuando Rafa Mir vio la tarjeta roja en el 73’ por propinar un codazo a Granell. En los últimos minutos, el Huesca se colgó del palo, no le quedó otra ante el poderío ofensivo rival y, en el único error defensivo del duelo, llegó el 1-0. Entre Álvaro e Insúa se molestaron y ahí emergió Samu Saiz para definir el duelo.