Arturo Vidal, con molestias en la rodilla derecha
Muchos no entendieron cómo es que el chileno no fue titular o al menos uno de los recambios en San Mamés. El motivo era que tenía algo más que una simple contusión.
Arturo Vidal no jugó ni un minuto en el partido de Copa contra el Athletic en San Mamés. Para empezar no salió en el once, siendo los elegidos el croata Ivan Rakitic y el canterano Sergi Roberto -el holandés Frenkie de Jong es insustituible a día de hoy-, mientras que en la segunda parte optó por dar entrada a Arthur Melo. Si bien es verdad que el chileno estuvo calentando en la banda buena parte del partido, al final se vio obligado a regresar al banquillo tras confirmarse la necesidad de dar entrada a Samuel Umtiti por un lesionado Piqué.
En todo caso, si no se hubiera lesionado el central catalán, los planes de Quique Setién eran que Vidal fuera el último recambio y para jugar a priori poco más de diez minutos ¿Por qué? Pues porque el internacional no estaba aún cien por cien recuperado. Y no nos estamos refiriendo a la contusión en la pierna izquierda que, según el comunicado del club, le había impedido jugar ante el Levante el domingo pasado, sino que, según ha podido saber AS, porque arrastra aún molestias residuales en su rodilla derecha. Unos dolores que le obligan a ir parando durante cortos periodos, de diez a quince días, para no acabar de agravar el estado de la rodilla.
De ahí que los médicos, consensuando con el jugador y los técnicos, decidieran parar prácticamente diez días -no jugó ante el Levante ni frente al Athletic- con el fin de volver a acondicionar su rodilla. Nos aseguran que ahora mismo ha mejorado mucho, pero también que este tipo de molestias son crónicas, por lo que tarde o temprano, y sobre todo si se sobrecarga mucho de partidos, volverán a reaparecer.
No hay que olvidar que Vidal aterrizó en Barcelona hace un año y medio prácticamente recién operado de su rodilla derecha. No es la primera intervención que sufre en esa rodilla, ya que en el 2014 fue operado por el doctor Ramon Cugat, que le extrajo un menisco.
Ahora mismo la situación no es alarmante, pero está claro que con el número tan reducido de efectivos que cuenta Setién para afrontar lo que resta de temporada, cualquier baja o ausencia multiplica el problema de forma exponencial.