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BARCELONA

Griezmann como garantía

Doce goles oficiales en 29 partidos. Ha marcado en todas las competiciones y, pese a no ser su posición ideal, hará lo posible por disfrazarse de Suárez.

Griezmann celebra el 1-0 ante el Leganés.
ALBERT GEAREUTERS

Si algo no se le puede negar a Griezmann es su condición humilde desde que aterrizó en Can Barça. Duchado a toda prisa después del partido contra el Leganés para irse al Palau a ver al Barça-Zenit de Euroliga, se paró ante los medios y dijo: "A mí me da igual jugar por dentro o por fuera. Estoy más acostumbrado por dentro en el Atlético o en Francia. Yo lo que quiero y lo que tengo que hacer es ayudar al equipo". Y básicamente, es lo que está haciendo. Sin mover roles ni tocar los estatus establecidos. El dato pasó desapercibido, pero desde 1958 ningún futbolista marcaba los tres primeros goles de la Copa del Rey con el Barça. Entonces lo hizo nada menos que Luis Suárez, el único Balón de Oro español de la historia. Griezmann salvó la eliminatoria de Ibiza con dos jugadores de futbolista caro y abrió también la lata en el choque contra el Leganés.

Griezmann empieza a cumplir con su parte del trato. Mientras en Can Barça muchos se echaban las manos a la cabeza este verano porque el Barça le hubiera contratado a él y no a Joao Félix, los números hablan en favor del Principito, jugador que a sus 28 años ya era una garantía en LaLiga. Griezmann ha marcado 12 goles en 29 partidos, lo que significa que hace un gol cada dos partidos y medio. Y desde que Suárez se lesionó, marca cada dos choques. Ha hecho goles en las cuatro competiciones que ha disputado ahora el Barça, aunque sabe que todo lo que haga puede ser poco. Frustrado el fichaje de un delantero que juegue en lugar de Suárez, le va a tocar hacer un esfuerzo fenomenal de aquí a que concluya la temporada. El Barça está sin delantero centro y entre él y Messi van a tener que repartirse la responsabilidad goleadora.

Griezmann nunca va a ser Suárez. No tiene su capacidad de remate ni de limpiar defensas con su capacidad de arrastre. Tampoco su voracidad y es ganador, pero en otro estilo. Pero tiene otras virtudes para jugar como nueve. Contra el Leganés, se movió con agilidad por el balcón del área. Busquets y Alba le encontraron con frecuencia y con Messi hizo muy bien dos cosas: paredes e intercambio de posición. Griezmann ya sabe que al argentino le gusta ir a su aire y, desde esa posición de falso delantero, irá ocupando los espacios que va desahabitando el argentino. Es obvio que al Barça le falta punch, pero Griezmann es un jugador de jerarquía. Nada que ver con la moneda al aire que es Dembélé. Griezmann es garantía.