Solo es un punto, paso en corto del Oviedo en su intento de sacar la cabeza de los puestos de descenso a Segunda B. Pero deja un buen sabor de boca. Especialmente por que la igualada llegó cuando el equipo iba por detrás en el marcador y fue en los mejores momentos de los azules en el partido. Volvió a quedar demostrado, esta vez en el exigente Montilivi, que el Oviedo siempre da la cara fuera de casa. El vestuario saca una lectura positiva del empate y señala el duelo ante el Albacete del próximo domingo como el necesario para regresar, seis semanas después, a la senda de la victoria.
“En la situación en la que estamos, cada punto es importante. Siempre salimos con la intención de sumar de tres en tres, pero Montilivi es un estadio complicado y los dos equipos jugamos con la intención de ganar”. Andryi Lunin se ha hecho con naturalidad con la meta del Oviedo. Aún no conoce la victoria ni ha logrado dejar la meta a cero, pero sus actuaciones le dan al equipo mayor seguridad en la defensa, uno de los objetivos fijados por el cuerpo técnico para que el Oviedo logre escapar de la zona de peligro.
“Aún debemos mejorar en algunos aspectos de nuestro juego. De momento, me está gustando mucho Oviedo, pero lo importante es que el entrenador confía en mí. Yo solo puedo darle las gracias y trabajar para devolvérselo en el campo. Quiero seguir jugando y ayudando al equipo; tengo margen de mejora”, indica el cancerbero cedido por el Madrid.
Tras un calendario con curvas en el que los azules se han medido a equipos con potencial como Huesca, Almería o Girona, ahora los carbayones se meten de lleno en su Liga. El duelo ante el Albacete, solo tres puntos por encima, del domingo es el primer ejemplo. Pero otros rivales como Alcorcón o Lugo se enfrentarán a los de Rozada en las próximas semanas.
Los azules se agarran a la imagen mostrada en la segunda parte de Montilivi para creer que se puede dar la vuelta a la situación. El camino está marcado; ahora urge que los resultados acompañen.