Luis Suárez y Puado cocinan una victoria de oro

El Real Zaragoza va de victoria en victoria en este 2020. En una noche pasada por agua y que sembró de charcos el césped de La Romareda, el equipo de Víctor Fernández se impuso con sufrimiento a un sólido y ambicioso Numancia y se mantiene con todas las de la ley, y un partido pendiente, en el grupo que aspira al ascenso directo. Hubo un tiempo para cada equipo, pero el Zaragoza tiene dos delanteros diferenciales en la categoría, Luis Suárez y Puado, y entre los dos cocinaron un triunfo que vale su peso en oro.

El Zaragoza salió al galope, pero estuvo a punto de caerse del caballo. Comenzó como un tiro, amenazando con dos acciones de Luis Suárez y Puado, pero a los cinco minutos ya era el Numancia el que mandaba en el partido. El equipo soriano empezó ganando las disputas y las segundas jugadas y terminó cortocircuitando con su presión la salida de balón del Zaragoza y atacando con decisión el portal de Cristian Álvarez. Higinio, activísimo en la punta del ataque rojillo, descolocó una y otra vez a Guitián y Atienza y estrelló un disparo en el poste pasado el cuarto de hora que dejó en silencio a La Romareda.

Durante media hora el equipo aragonés no encontró un resquicio para meterle mano a su rival, aunque en el tramo final de la primera parte entre Luis Suárez y Álex Blanco, la sorpresa en el once del Zaragoza, hallaron una pequeña vía de agua en la banda izquierda y acabaron con la tranquilidad de Dani Barrio. No obstante, el que estuvo más cerca del gol fue el Numancia. Y de nuevo por medio de Higinio. Pero Cristian Álvarez hizo la parada de la noche, y podría decirse que de todo el mes, al detener con la cara a segundos del descanso un cabezazo a bocajarro del delantero centro soriano.

Víctor Fernández recompuso líneas y sistema en el intermedio y dio entrada a James por Álex Blanco en un intento por dar mayor consistencia a su centro del campo, pero el Numancia no perdió nunca la compostura y buscó la victoria con la misma personalidad y decisión que en la primera parte. Y así a cada disparo de Puado, muy mejorado en la segunda mitad, o de Luis Suárez respondió Higinio con una acción de peligro.

La lluvia no dejó de caer durante todo el encuentro y el terreno de juego se fue cargando de agua hasta quitarle velocidad al juego y provocar situaciones inesperadas. Y así, en un balón frenado en una cesión de Castellano a Dani Barrio, Luis Suárez sacó petróleo en una de sus acometidas marca de la casa y sirvió a Puado en bandeja para que fusilara el 1-0. Era el minuto 70 y por primera vez el partido se le ponía de cara a un Zaragoza que elevó su versión tras el descanso y que agradeció sobremanera la entrada de Javi Ros por Eguaras a media hora del final.

El gol cambió el signo del encuentro, pero el duelo no perdió nunca un ápice de ritmo y emoción, porque al Zaragoza le pareció corta su renta y porque el Numancia vendió muy cara su suerte. Luis Carrión acabó de quemar sus naves con las salidas de Aguado y Néstor, pero para entonces la noche en La Romareda no tenía más dueño que un Real Zaragoza que firmó su tercera victoria consecutiva en un mes de máxima exigencia.