Los dueños garantizan el futuro en caso de descenso y respaldan a Chuti Molina

Pitma sigue. Chuti Molina, también. Las dos grandes incógnitas para las que esperaba aclaraciones el racinguismo fueron rotundamente respondidas por Alfredo Pérez y Pedro Ortiz, presidente y vicepresidente del Racing, en un largo encuentro con los medios informativos en la mañana del miércoles. Los dueños de la mayoría accionarial del club de El Sardinero dejaron bien claro que su empresa, el Grupo Pitma, que lleva aportados unos 20 millones de euros, no va a dar un paso atrás, ni en caso del descenso: "el club está ahora hoy mucho más seguro que hace dos, tres o cuatro años exclusivamente porque estamos. Hemos decidido que somos el soporte económico de este club. Que nuestro proyecto es subir a Primera, que no lo dude nadie, entre otras cosas porque es la única manera de recuperar el riesgo de inversión que tenemos, pero los racinguistas pueden estar tranquilos y lucharemos en Primera, en Segunda o Segunda B".

Respecto a la figura del director deportivo, Chuti Molina, cuya destitución está siendo reclamada por la afición de manera mayoritaria, incluso con pintadas en el estadio, el presidente dijo que "se va a seguir apostando y apoyando a Chuti Molina, ya no por lo del ascenso del año pasado, sino porque es el encargado de hacer la gestión deportiva de este año. Cuando acabe la temporada tendremos que valorar si el trabajo ha sido bueno o malo".

Lo que no tiene Molina es mucho margen de movimiento ya que al Racing le quedan menos de 100.000 euros de margen salarial, salvo lo que logre liberar con salidas en los próximos días. El Racing pidió a LaLiga aumentar el límite salarial..., pero solo a la cantidad aceptada por la patronal en verano, 5 millones. La razón es que cuando a Chuti Molina se le escapó Juan Muñoz en la última semana de mercado, el Racing se quedó sin agotar su límite salarial. Le sobraron cerca de 250.000 euros, por lo que los dueños del club retiraron unos avales personales que habían presentado y LaLiga les rebajó el cupo salarial. Ahora los han repuesto y vuelven a tener el listón en cinco millones.

Tanto Pérez como su socio en todos los negocios, Pedro Ortiz, pidieron unidad al racinguismo y reconocieron errores tanto en la política de comunicación como en la social y de manera inmediata han comenzado a desmontar alguna de las medidas más impopulares que se habían impuesto en los últimos tiempos. Así, los entrenamientos van a volver a ser abiertos al público (excepto los que el entrenador decrete secretos por motivos tácticos), volverán a hacerse públicas las convocatorias para cada partido, y los partes médicos de las lesiones de los jugadores, hasta donde permitan los propios futbolistas.

También, los máximos dirigentes de la entidad han asegurado que buscarán una figura que haga de nexo entre los medios de comunicación y el club (no hay portavoz, nadie que atiende a la prensa y no se concedían entrevistas)

El jueves será el turno de los peñistas, a los que Alfredo Pérez y Pedro Ortiz les van a pedir todo el apoyo posible y les van a explicar directamente los cambios en política social que tienen pensados.