Aquellos días negros de Figueres, Novelda y Gramenet
El Barça regresa al formato de partido único en la Copa del Rey que a principios de siglo le costó tres sonoros disgustos ante rivales inesperados.
A principios de siglo, el Barça alimentó una leyenda de equipo maldito en la Copa del Rey y acumuló tres naufragios en la primera ronda, que entonces se jugaba a partido único, con Rexach, Van Gaal y Rijkaard en el banquillo y recuerdos algo tristes como el de Enke.
Aunque los lazos se han mejorado hasta tal punto que el Barça ha ganado seis de las últimas once Copas y es el rey indiscutible de la competición con 30 títulos, la relación con la competición fue volcánica a principios de siglo. El Barça más oscuro que se ha conocido desde Cruyff y que se extendió entre los años 2000 y 2005 se estrelló tres veces en la primera ronda de la Copa del Rey que entonces, como ahora, se jugaba a partido único. Era entonces el Barça equipo una prolongación del Barça club, desestructurado y en fase de demolición, al menos en los dos primeros KO. Cuando pasó ‘lo’ de Gramenet, el Barça ya había dado un giro y se dirigía a su primera Liga después de seis años de sequía.
Figueres, Novelda y Gramenet forman parte de la leyenda más negra del Barça. Tres derrotas en las temporadas 2000-01, 2001-02 y 2004-05 respectivamente, que sonrojaron al socio y generaron cismas de uno u otro modo. La primera caída a peso sucedió en Vilatenim, el estadio del Figueres. Para el Barça, que la final de la temporada 2000-01 se jugase en el Bernabéu en el año del Centenario del Madrid suponía, supuestamente, una motivación especial. Pero tardó poco en tirar a la basura la competición. Un gol de Kali Garrido nada más empezar la prórroga certificó el ridículo. El Barça había ido a Figueres sin Gabri (sancionado); Sergi, Abelardo, Luis Enrique y Cocu (lesionados); y Rivaldo, Christanval, Frank de Boer, Reiziger y Kluivert (con sus selecciones ya que en esa época no había calendario unificado). Pero nadie puso como excusa el naufragio. “Hemos hecho el ridículo y me incluyo”, dijo Rexach. El vicepresidente de aquella época, Ángel Fernández, tampoco se tapó: “Estoy a 180 pulsaciones. Ha sido una vergüenza”. El Figueres manejaba un presupuesto de un millón de euros; el Barça, de 150 millones.
Lejos de aprender la lección, el Barça se pegó otro tortazo sonadísimo una temporada después en Novelda. Además, en un día tan significado para los catalanes como la Diada. Incapaz de mantener el 0-1 inicial, terminó cayendo 3-2 con tres goles del delantero Madrigal. Al Barça le anularon dos goles durante el partido, pero nadie quiso ponerlo como excusa. Van Gaal, que la semana anterior había abroncado a sus jugadores durante un entrenamiento y les había asegurado que si jugaban a ese nivel en Novelda serían eliminados, no quiso echar leña al fuego: “Estas cosas pasan. Este campo parecía casi una pista de tenis porque el balón iba de un lado a otro sin control. Pero eso ya lo sabíamos y no hemos sabido solucionarlo. Pero no hemos hecho el ridículo. Yo perdono, pero estoy triste porque hemos perdido la posibilidad de ganar un título. Y eso en el Barça es muy importante”.
Pero seguramente lo más duro de aquella eliminación fuera el ataque explícito de Frank de Boer a Robert Enke. Ese día, el portero alemán hacía su debut oficial con el Barça. Y el holandés no tuvo piedad con él: “Nos han tirado cuatro veces y nos han metido tres goles. En el primero, yo estaba muy cerca de la portería. Es verdad que no lo hecho bien, pero el portero tendría que haber salido. En el segundo, ha habido un rebote, se me ha anticipado y no he podido hacer nada. Pero en el tercero, puede que yo no haya defendido bien, pero el portero tenía que haber hecho mucho más porque la pelota iba para él”. Enke ya no levantó cabeza en el Barça. Fue cedido al Fenerbahce y al Tenerife antes de jugar a muy buen nivel en el Hannover 96. Pero su trágico final hace que esas palabras de De Boer corten en cierto modo el cuerpo.
En el último ridículo del Barça de aquellos años asistió el mismísimo Messi, que ya estaba cercano a la dinámica de la primera plantilla (ese año jugó siete partidos de Ligas, uno de Champions y ese de Copa). El Barça cayó en Gramenet ante la Grama por 1-0 el 27 de octubre de 2004. Rijkaard fue contundente: “En partidos de estas características hay que tener contundencia y no hemos tenido. No hubiéramos marcado ni en una semana”. Al Barça le costó años superar esas malas noches coperas. Sin ir más lejos, en 2007 se pegó otro fenomenal batacazo contra el Getafe (4-0) que le dejó sin final después de que en la ida Messi hiciera aquel recordado y maradoniano gol. Como con tantas otras cosas, el Barça no se reencontró con la Copa hasta que llegó Guardiola y la convirtió en una prioridad. Y así hasta estos días.