La borrasca Gloria hace estragos en el estreno de Cabrera como perico
El viento ha desanclado jardineras, roto cristales y levantado lonas, pero no ha logrado alterar la actividad del Espanyol de Abelardo, sí la del fútbol base.
No hay temporal que detenga a la plantilla dirigida por Abelardo Fernández. Literalmente. Puntual como de costumbre, el primer equipo del Espanyol iniciaba este lunes su primer entrenamiento tras el valioso triunfo ante el Villarreal (1-2), compareciendo sobre el césped a las 10:45, ajeno a las potentes inclemencias meteorológicas que han hecho estragos en la Ciudad Deportiva, que por precaución sí ha suspendido toda la actividad de los equipos de la cantera, masculina y femenina, previstos para la tarde.
Los primeros efectos de la borrasca Gloria eran muy visibles en el propio campo de entrenamiento, con buena parte de la lonas levantadas, otras directamente desaparecidas tras salir volando, e incluso operarios subidos a una grúa para restaurarlas, en una de las esquinas del terreno de juego anexas a la Ronda Litoral. El viento empezó a golpear fuerte el domingo por la tarde, cuando levantó con enorme fuerza las jardineras ubicadas junto al bar del recinto, que llevaban años ancladas al asfalto, y quebró cristales, que este lunes amanecían esparcidos sobre el suelo.
Otras vallas que delimitan las instalaciones aparecían torcidas. Y, mientras se entrenaba el equipo en el campo 2, en el otro extremo de la Ciudad Deportiva se rompía también una cadena de una de las puertas.
En medio de ese panorama vivía su primer entrenamiento con la camiseta del Espanyol el segundo fichaje del mercado de invierno, Leandro Cabrera, que al inicio de la sesión se saludaba con Abelardo y el resto del cuerpo técnico. Y los jugadores que fueron titulares ante el Villarreal corrían a un ritmo distinto que el de los suplentes. También se ejercitaban en otros campos el Espanyol B y el Femenino A, desafiando todos al tiempo. A Gloria.