"Momentos así son por los que merece la pena jugar al fútbol"

“Voy en una nube”. Son las palabras de Fran Vélez (Tarragona, 1991) tras una noche histórica en Salónica. Tras 51 partidos sin perder en liga, el PAOK sucumbió 4-2 en casa de su eterno rival, el Aris, que no era capaz de ganar el derbi desde 2010. “Es uno de los grandes recuerdos que me llevaré del fútbol. Después de un partido así no puedes ni dormir”, desvela el catalán, autor de uno de los cuatro goles que hicieron arder las gradas del Kleanthis Vikelidis.

El inicio del partido, sin ir más lejos, tuvo que retrasarse 10 minutos por el intenso humo de las bengalas. “Nunca había visto que le prendieran fuego a todo el estadio, incluida la tribuna. Dentro del campo ni nos veíamos ni nos escuchábamos. Encendieron 5.000 y tiraron varias decenas de petardos”, describe Vélez sobre la atmósfera de un estadio en el que no cabía un alfiler: “A nivel de ambiente es el mejor partido que he vivido. Dos horas antes del comienzo el campo ya estaba lleno y una hora después del final la afición seguía allí”, completa el español.

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A excepción de los primeros 15 minutos, el Aris fue amo y señor del encuentro. “El PAOK empezó fuerte, se adelantó y estuvo a punto de marcar el 0-2, pero Julián Cuesta hizo un paradón”, relata Fran Vélez, cuyo equipo empató gracias a una contra en el 17’ y se puso por delante después de un cabezazo suyo al filo del descanso: “No sabía ni cómo celebrarlo ni dónde mirar. Había venido mi familia, pero ya no sabía dónde estaban”, recuerda el español, que ya había marcado frente al PAOK en febrero del pasado año.

“A partir de entonces no hubo partido. Fue un acoso y derribo por nuestra parte”, completa Vélez, quien desvela que es por momentos así “por los que merece la pena jugar al fútbol”. “El PAOK es muy superior económicamente, ganó el doblete la temporada pasada la afición del Aris le tenía muchas ganas. Veníamos de empatar dos derbis en su casa y sabíamos que en cualquier momento les podíamos superar. Para nuestra afición es como ganar un título”, sentencia el español horas después de coronarse en el derbi de Salónica.