MIRANDÉS
Una primera vuelta que invita al optimismo en el Mirandés
Los hombres de Andoni Iraola se han hecho fuertes en Anduva donde solo han cedido un partido ante el líder Cádiz.
Diez puntos sobre los puestos de descenso y a tan solo uno del play off es el balance del Mirandés tras una primera vuelta de competición que invita al optimismo entre la afición. Los hombres de Andoni Iraola se han hecho fuertes en Anduva donde solo han cedido un partido ante el líder Cádiz. Todo ello se suma a una visible mejoría experimentada a domicilio en las últimas jornadas. Fue el 20 de octubre cuando la escuadra rojilla sumó su primer triunfo fuera de casa. Lo hizo en Zaragoza (1-2) y desde entonces también ha superado a Albacete (1-2) y Girona (0-3) en sus propios terreno de juego.
Pese al buen momento, la prudencia es la palabra que más se repite en el seno del Mirandés. El equipo finaliza el primer tramo del campeonato con 31 puntos en su haber. “Es una cifra de puntos que pocos esperaban, pero esto es muy largo. Hay una igualdad terrible y en esta última jornada ha quedado demostrado con victorias fuera de casa contra equipos en teoría llamados a ascender. Hay que seguir peleando en esta línea. Los jugadores están haciendo un esfuerzo muy bueno”, destaca Iraola.
El técnico guipuzcoano se mostró satisfecho con el rendimiento de sus futbolistas frente al Girona. En un estadio que hasta ayer era maldito y donde el equipo había recibido severas goleadas. Los rojillos fueron eficaces en la presión y también solidarios en tareas defensivas: “Teníamos un plan de partido, pero hubo fases en las que el Girona nos apretó mucho. Limones nos aguantó en el choque con buenas intervenciones. Supimos sufrir y sabíamos que con espacios podíamos sentenciar. La clave estuvo en aguantar los momentos de agobio. Siempre salimos a ganar e intentar jugar sin complejos, pero viendo la dificultad sabíamos que sería algo complejo”.
El equipo siempre dio la sensación de peligro ante el marco rival pese a que también tuvo que emplearse a fondo para desbaratar las llegadas de la escuadra catalana. “A nosotros nos gusta apretar alto. En la segunda ya no podíamos porque el Girona tuvo una buena salida de juego. No juegas como tú quieres. Nos fueron empujando hacia atrás. Los centrales y Limones nos aguantaron y al final nos llegó el premio a la contra. Nuestro plan de partido no es esperar tan atrás. Ellos sacaron muchos jugadores ofensivos. Supimos sufrir”, apunta.