La plantilla del Oviedo, enfadada con los arbitrajes
“Es lamentable que no echaran a Fali”, defiende Ibrahima
La acción, en el minuto 41, condicionó el choque. De haber visto la jugada, el colegiado podría haber expulsado a Fali. Y aunque el Cádiz ya ganaba por 0-1 en esos momentos, la roja habría condicionado la segunda parte. El paso de las horas no hace que descienda el enfado en la caseta azul. Tras el primer entrenamiento de la semana, el que debía servir para focalizar los esfuerzos en el choque frente al Badalona de la Copa, fue Ibrahima el que verbalizó el enfado de la caseta azul. El Oviedo se siente perjudicado por la aplicación del VAR. O en este caso, la ausencia de la misma. “Para mí es muy fácil: es roja y a la calle. Que no me digan que Christian se golpea a sí mismo para romperse la nariz. Es lamentable que no echaran a Fali. Esa acción podría haber cambiado el partido”, resume el senegalés.
La acción a la que hace referencia ocurrió en un saque de esquina en los últimos minutos de la primera parte. Christian Fernández y Fali pugnan por un balón aéreo. Hay empujones y agarrones. Cuando el balón supera a los dos futbolistas, el cadista suelta el brazo izquierdo que impacta en el rostro de Christian. El cántabro cae, lanzando la mano derecha contra la espalda de Fali. Brota sangre de su nariz, pero el árbitro, el riojano Ocón Arráiz, tras escuchar por el pinganillo, decide no revisar la jugada.
“El árbitro me dijo que no la revisaba porque no hay voluntariedad. Pero tengo claro que si soy yo el que hace esto, estoy en la calle y con cuatro partidos de sanción”, explicó el propio Christian ante las cámaras de Vamos tan solo segundos después de que hubiera concluido el partido. El entrenador azul, Javi Rozada, fue más allá en sus críticas en la sala de prensa del Tartiere: “Si no fuera por el VAR llevaríamos 8 puntos menos, los árbitros tienen que mirárselo. Que no se revise la acción de Christian me parece la mayor vergüenza que he visto en un campo de fútbol”.
Quien pensara que el enfado iría en descenso con el paso de las horas se habrá llevado una sorpresa con las palabras de Ibrahima, quien añadió a su primera razonamiento que “lo que más nos molesta es que es una jugada en la que el VAR tiene que avisar. No sé si el VAR estaba funcionando o no; solo sé que era roja. Y ahí empezaba otro partido”.
La derrota vuelve a dejar al equipo con necesidad de sumar fuera de casa. Así ha sucedido en los últimos tiempos. El Oviedo cierra el año en Santander el sábado (antes juega el miércoles en Badalona un duelo de la primera ronda de Copa) con la amenaza de los puestos de descenso a tan solo dos puntos de distancia. Una ventaja que no deja mucho margen de maniobra.