Bale se hace inevitable
Pese a que sigue lejos de su mejor nivel y a sus diferencias con Zidane y la afición blanca, apunta a titular en el Clásico. Rodrygo pierde algo de fuelle.
Gareth Bale sólo ha sido titular en una de las últimas ocho jornadas de LaLiga y la primera de las seis jornadas de Champions League, no marca desde el 1 de septiembre en la visita del Madrid al Villarreal (doblete), apenas acumula dos goles y dos asistencias en 729 minutos este curso... y con todo, lleva las de ganar para meterse en el once titular del Madrid este miércoles ante el Barcelona en el Clásico del Camp Nou. Zidane prepara salir en la Ciudad Condal con un 4-4-2 para intentar contrarrestar el juego de posesión barcelonista y su principal duda está en el acompañante de Benzema arriba, pero es Bale el principal candidato a estas alturas. El galés se hace inevitable.
Fiel a su tradición (que en Mestalla rompió en el caso de Nacho), Zidane acostumbra a darle unos minutos en el segundo tiempo a los jugadores que posteriormente pretende incluir en el once inicial; Bale disfrutó de 21 minutos en Valencia, en los que no logró gran cosa: dejó un disparo de falta bloqueado y apenas cinco pases, tres de ellos buenos. Pero esa tendencia del galés a ser un islote en ataque es un activo de cara a Barcelona, ante un rival como el Barça, en cuyo estilo de juego predominan una defensa alta y grandes espacios entre ésta y Ter Stegen. El habitat natural de un velocista como Bale.
Zidane ha decidido ser práctico con Bale; no le gusta y no le quiere, una falta de afecto que es recíproca; pero el francés está decidido a sacarle jugo al británico mientras esté en la plantilla y sabe que en Barcelona Bale tiene lo que el Madrid necesita: experiencia en grandes partidos (su territorio predilecto), velocidad, llegada y gol. "Está negociando su salida del club. Si se va mañana, mejor", dijo Zidane sobre Bale el pasado verano, aún en pretemporada; ahora, apenas cuatro meses después, apunta a titular en uno de los partidos clave en el camino del Madrid en busca de un nuevo título liguero.
Rodrygo pierde fuelle
Bale se juega el puesto para el Clásico con Vinicius y Rodrygo. El primero no termina de ser del gusto de Zidane, pese a que ha mejorado sensiblemente en fechas recientes, pero su falta de definición le resta peso; ha sido la lesión de Hazard lo que ha permitido que sacase la cabeza en los últimos partidos, aunque en Valencia no dejó demasiado que rescatar en los 21 minutos de que dispuso.
Esa definición que le falta a Vinicius le sobra a Rodrygo, que se había convertido en el socio predilecto de Benzema últimamente. En Brujas marcó el primero de los goles del Madrid (1-3) y ya lleva seis este curso, pero los últimos partidos han dejado ver una imagen del brasileño menos vigorosa; a sus casi 19 años, lleva más de 700 minutos en la élite y esa adaptación empieza a pesarle. Esa dinámica de partido-tipo en el Camp Nou, de grandes carreras y con el contragolpe como principal arma, no es la mejor para un Rodrygo que se maneja mejor en espacios reducidos. El ex del Santos apunta al banquillo, como solución para el segundo tiempo.