"Los sueños del aire'', historia de un halconero: Jorge Castaño
Miguel Ángel Gil apadrinó ayer la presentación del documental que recorre la vida y trayectoria del halconero del Atlético en el Wanda Metropolitano.
A la presentación no faltó nadie. Los pasillos a los que se accede por la puerta 48 del Wanda Metropolitano llenos, de nervios, frenesí, emoción de antes de un partido. Había familia, había amigos (los hermanos Carmona, Rafa de Hombres G), estaban Enrique Cerezo, presidente del Atlético, estaba Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado, estaban sobre todo ellos, sus halcones. A las 13:00 el estadio rojiblanco le mostraba al mundo su vertiente más cinematográfica: se presentaba Los sueños del aire, el documental que repasa la vida y trayectoria de Jorge Castaño, el halconero del Atlético. Su lugar de trabajo es ese. El estadio rojiblanco.
Son 19 años ya los años en los que Jorge Castaño llamó a las puertas del Vicente Calderón con una propuesta: las palomas tenían tomado el viejo campo. Había miles, por todas partes, y defecaban, y se morían, y ahí se quedaban, ellas con sus enfermedades. Jorge tenía la solución en sus manos. Cuidar un césped de fútbol con halcones. Hoy otros clubes lo hacen, pero él fue el primero cetrero en hacerlo. "¡Este chico está loco!", pensaron la primera vez, recordaba sonriendo ayer, y tuve la gran suerte de que di con Miguel (Gil Marín). Él me dijo: 'Creo en tu proyecto y esta es tu casa". 19 años después lo sigue siendo. El propio consejero delegado revelaba en el documental, de una hora y seis minutos de duración, planes alrededor de Jorge y sus halcones. "A día de hoy es un servicio que era bueno para el club a partir de ahora va a ser un servicio que van a empezar a conocerle y valorarle los atléticos", como un espectáculo del que ya se darán más datos cuando se arme.
'El hombre y la tierra', inspiración
David Calvo es el director del documental ("casi un largo", bromeaba Jorge). Un día se acercó al cetrero, después de que le hubieran hecho una entrevista, y le hizo la propuesta: "Soy director de cine, me parece que tu vida, tu trabajo, lo que haces, es muy poco conocido que me gustaría hacer un documental". Ese fue el germen de Sueños del aire, el cierre de un círculo: Jorge se enamoró de los halcones siendo un niño, delante de una pantalla, viendo El hombre y la tierra. En ese programa escuchó hablar de un libro, El arte de la cetrería, escrito por Federico II en el siglo XIII. Cuando años después pisó por primera vez la hierba del Calderón ya sabía silbar como un halcón. Hablar su lenguaje, sentirlos, mandarlos. Y traspasar la pantalla, con su trabajo, con su arte. De cine.