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ALMERÍA

Los cuatro guerreros balcánicos del Almería

Maras, Coric, Rosic y Petrovic continúan con la tradición del deporte almeriense de proporcionar el gen competitivo de la vieja Yugoslavia y buscan el ascenso a Primera.

Los cuatro jugadores balcánicos del Almería.
Carlos Barba

"Elijamos nuestra tierra gente mía, pues ya tanto sabemos de ella, ya somos tantos, hay tantos países en el mundo", escribe la croata Marija Peakic-Mikuljan en su poema 'Izaberimo svoju zemlju' (Elijamos nuestra tierra). La letra bien podría ser recitada por Nikola Maras, Ante Coric, Dragan Rosic o Radosav Petrovic. O por esos tantos hijos de la vieja Yugoslavia que han triunfado en tierras almerienses. Ranko Popovic fue de los primeros que hizo las maletas rumbo a España, en 1995 con la entidad rojiblanca recién creada, una entidad rojiblanca que rezuma aire balcánico a pesar de que el Al-Sheikh puso el ojo en el mercado luso: Mario Silva es el director de la cantera; Nandinho, entrenador del 'B'; y Joao Gonçalves, intermediario; sin contar a Pedro Emanuel y su cuerpo técnico portugués.

El futuro entrenador del Machida, de la segunda japonesa, hizo buenas migas con Lakasin Lakasin, alias Laki, que aterrizó en el Cajalmería, en la Primera División de balonmano. Y Laki se 'casó' con Almería, tanto que se quedó a residir. Ahora la eslovena Tina Cvijanovic y la croata Jovana Mandic defienden la camiseta del CB Almería, club de baloncesto en el que también estuvo el esloveno Aleksandr Stakic hace una década. El croata Velimir Rajic practicó el mismo deporte que Laki en Almería, una Almería en la que empezó a despuntar Mate Bilic. Todos ellos con un denominador común: la competitividad de los Balcanes.

"Los jugadores de la antigua Yugoslavia tenemos este carácter, siempre queremos darlo todo y pensamos que podemos dar mucho para cada club", destaca el serbio Nikola Maras, que se ha convertido en uno de los nuevos ídolos para la afición del Almería en menos de medio año, haciendo olvidar a otra figura importante, caso de Esteban Saveljich. Ranko Popovic, que sabe de lo que va el fútbol y la vida, cree que es mentalidad de educación, almas de guerrero. "Somos muy solidarios, empáticos y nos gusta compartir. Somos más para deportes de equipo que individuales, aunque tengamos fueras de series como Djokovic. El tenis históricamente era para ricos y nosotros, pobres, hemos dado uno de los mejores jugadores de la historia", destaca el ahora entrenador.

Si Popovic asevera que de la calle yugoslava salió la disciplina que ahora se enseña en las escuelas deportivas en el resto de Europa, Laki también alude a la calle cuando se le pregunta por el gen competitivo. "Es una historia muy larga. La antigua Yugoslavia era una fábrica de talentos. Como mejor se puede estar es haciendo deporte, mejor que en la calle con otras cosas, en la discoteca o en un ordenador. Salen a ligas más competitivas", explica el exjugador de balonmano. "El país entero será nuestro, nuestro para celebrar el trabajo", reza 'La canción del trabajo' de la extinta nación yugoslava.

De trabajo habla el también serbio Dragan Rosic para dar su versión sobre las causas de que países pequeños regados por los Balcanes sean top mundial en muchos deportes. "Trabajamos muy muy duro para tener unas buenas condiciones físicas, luchando constantemente para no quedarnos atrás. Tenemos unas de las mejores condiciones de Europa, entrenando duro día a día para ser los mejores", dice el guardameta del Almería, que sueña con la posibilidad de coincidir los cuatro sobre el verde, algo que reconoce que no es sencillo a día de hoy, aunque se podría dar en la Copa la próxima semana. "Habría una buena atmósfera, seríamos muy competitivos, pero creo que no es posible siempre", apunta en sus primeras palabras a un medio como futbolista del Almería.

Si el meta y Coric no se atreven con el español, Petrovic imita a Maras con el castellano. Entre tanto talento su figura se antoja esencial. "La experiencia es importante en un equipo con jugadores tan jóvenes, aunque de mucha calidad. A veces les falta experiencia y por eso es importante jugadores con más temporadas en las piernas. En momentos difíciles fuera y dentro del campo los más veteranos tenemos trabajo y más en este equipo con jugadores jóvenes que quieren lograr cosas buenas y demostrar su calidad", comenta el mediocentro serbio, indispensable tanto para Pedro Emanuel como para José María Gutiérrez.

Coric, por su parte, llegó con vitola de estrella y está en la rampa de salida en la ventana invernal. El croata sigue confiando en sus posibilidades, consciente de que necesita crecer en el juego. "Necesito más gol, materializar las últimas jugadas para coger más confianza en mí mismo. Estoy al cien por cien con el equipo", expone el croata, antes de escuchar a un Rosic que sabe que ahora no tiene la oportunidad para jugar, sin perder la esperanza por su juventud. "La gente de este club me ha dicho que tengo futuro aquí, que sea paciente porque llegará mi momento y que puedo ser el futuro portero del club. Cuando tenga mi oportunidad demostraré con creces mi valía", reconoce el serbio.

Apenas 23 años, pero Nikola Maras ya tiene alma de líder. Sorprendió verle pedir apoyo al Mediterráneo en sus primeros partidos como rojiblanco. Trabajo y disciplina balcánica, pero sin perder el humor. Petrovic, Coric y Rosic no pueden aguantar las risas cuando AS le pregunta al central si se siente estrella. "La gente me dice por la calle que estamos haciendo buen trabajo. Es importante que la gente esté feliz por jugar nosotros muy bien. Lo notamos. No sé si soy una estrella o no, pero soy feliz y les quiero dar mucha alegría. Voy a dar todo lo que tengo a la afición", responde el central mientras aguanta las risas de sus compañeros.

Talento, disciplina y causalidad. "Son genios que llevamos dentro. Hemos sido pueblo que siempre ha luchado para sobrevivir. Y no hay mejor lugar para imponer esos sentimientos que el deporte. Si no estamos en campo de deporte, desgraciadamente históricamente hemos estado en campo de guerra. Somos guerreros". Palabra de Ranko Popovic.