Dos caras idénticas de la misma moneda
Machín empeora los números de Gallego en los ocho partidos dirigidos y ante el Betis este domingo juega una auténtica final.
Parecía que una vez despedido David Gallego después de ocho partidos en los que el Espanyol solo fue capaz de sumar cinco puntos todo le iría mejor al equipo blanquiazul. Pablo Machín, un técnico con un método que había consolidado en Girona y en Sevilla (aunque una mala racha en la segunda vuelta le costó el puesto), contaba con el aval de la dirección deportiva y de todos los estamentos del club. Pero, ocho partidos después, los números del técnico soriano son todavía peores que los de su antecesor y la situación del Espanyol, más crítica. También lo es la del técnico, que se juega su futuro ante el Betis el domingo y el Leganés la próxima semana. El equipo sigue falto de un electroshock.
La temporada del Espanyol es una moneda de dos caras idénticas, las que han perfilado Gallego y Machín. Dos trayectorias prácticamente calcadas aunque con matices.
El Espanyol con Gallego sacó cinco puntos de 24 (21%) con un balance de goles de -10. El equipo perico no tenía un claro patrón de juego, expresado por los propios jugadores que es escudaron en que no entendían aspectos del juego que pretendió el técnico. El peor dato de esa racha fueron las derrotas ante rivales que ahora son directos en la lucha por la salvación: Granada, Valladolid y Mallorca ganaron al equipo por dos goles o más de diferencia. Tampoco pudo imponer el Espanyol haber empezado antes la pretemporada y llegar más rodado que sus rivales debido a haber disputado la previa de la Europa League, algo habitual en este tipo de conjuntos.
Con Machín, el Espanyol ha tenido un camino más duro, con Valencia, Villarreal, Athletic, Getafe, Real Madrid o Atlético. El técnico ha sumado cuatro puntos de 24 (17%) y su balance de goles también es de -10. El Espanyol empezó siendo un equipo seguro defensivamente con carencias en ataque, al perder 0-1 ante el Villarreal y ganar 0-1 ante el Levante, para luego ser igual de frágil atrás que adelante, con el 3-0 de San Mamés, la segunda parte ante el Valencia (1-2) o en el Wanda (3-1). El cénit fue el 2-4 ante Osasuna.
El Espanyol se ha ido desinflando pese al buen comienzo del técnico soriano. El camino sigue siendo una montaña.