Amargo debut de Baraja
El Málaga venció gracias a dos goles de Armando Sadiku, uno de ellos de penalti decretado vía VAR. Permuta con el Tenerife la plaza de descenso.
El equipo de Víctor Sánchez del Amo amargó el estreno de Rubén Baraja en el banquillo insular gracias a dos goles de Armando Sadiku, uno de ellos de penalti decretado vía VAR. Los blanquiazules siguen esbozando su tendencia al crecimiento. Por su parte el Tete sigue sin levantar cabeza. Estreno de Rubén Baraja en el banquillo del Tenerife, que salió ambicioso.
A los dos minutos Borja Lasso no llega por un pelo a empalar un balón procedente de Suso Santana. Algunos nervios en el Málaga que poco a poco se sacude. Antoñín, bullicioso, crea problemas por la banda de Mazán. Los de Víctor circulan con criterio. A los 27’ Dani Pacheco saca un córner. Dani Gómez, estorbado por Diego González, despeja mal hacia su portería y Armando Sadiku, atento a la jugada, empalma con la izquierda al fondo de las mallas.
Quinto gol del albanés. El gol parece espolear a los insulares que, no obstante, observan cierto desorden, pero el Málaga no consigue serenar su juego. Con este inusual 1-0 para lo que es el Málaga se llega al descanso. El segundo tiempo empieza con una excelente parada de Ortolá a un gran disparo del motivado Sadiku.
El Tenerife hace ademán de echarse hacia delante. Rubén Baraja, muy metido y el Málaga que parece haberse echado para atrás. El juego, muy embarullado con los canarios llevando claramente la iniciativa. A los 73’ el VAR revisa una posible mano dentro del área de Javi García. Ais Reig pita penalti. Jugada protestada por el Tenerife porque entiende que hay falta previa de Juankar. El lanzamiento de Armando Sadiku se convierte en el 2-0. Su sexto tanto. Los del Heliodoro Rodríguez tratan de sobreponerse de tamaño mazazo, pero el tiempo se le escurre entre los dedos. A los 83 el entrenador vallisoletano sacó a Elliot por un Malbasic que estuvo muy poco afortunado. A los 87’ el VAR no interpretó como penalti una posible mano de Keidi Bare. El Tenerife porfiaba con más desesperación que claridad. El pitido final de Ais Reig dio una de las pocas alegrías de este desesperante curso a la hinchada local. El Tenerife no levanta cabeza.