Messi impone para el Clásico
Ya sale a gol por partido en LaLiga la competición que domina como nadie. De nuevo demostró tener un control tremendo de la situación y decidió un partido grande.
A un par de semanas del Clásico, la figura de Messi parece cada minuto, otra vez, más gigante. El argentino, que este lunes viaja a París para, tal vez, recoger su sexto Balón de Oro, ha despegado definitivamente esta temporada. En los últimos siete partidos de Liga ha marcado nueve goles. La cifra, tremenda, le pone ya en los números de la temporada pasada. A gol por partido jugado (nueve de nueve). Esos números, unidos a su tremenda actuación contra el Dortmund (gol y dos asistencias) en la quinta jornada de la fase de grupo de la Champions, significan que el jugador ya ha olvidado los problemas físicos que le lastraron en el inicio de temporada.
Messi no marcó su primer gol hasta la octava jornada de Liga, un rara avis. Es cierto que se perdió los cuatro primeros partidos y la séptima jornada, pero no pudo marcar a Granada y Villarreal. No sólo eso. En Los Cármenes sólo jugó los segundos 45 minutos y contra los de Calleja volvió a lesionarse. Pero fue llegar el Sevilla, la víctima preferida en su carrera deportiva. Y cambiar todo. Su gol de falta directa a los de Lopetegui (4-0), se encadenó con un gol y una asistencia ante el Eibar (0-3); dos goles y dos asistencias contra el Valladolid (5-1); su exhibición en las faltas directas ante el Celta y esta última semana fantástica con aparición definitiva contra el Borussia Dortmund y el Atlético de Madrid.
Antes del Madrid, al Barça le quedan dos pruebas en LaLiga. Una, aparentemente sencilla, el Mallorca. Otra, aparentemente muy difícil, la Real Sociedad. Y, por medio, el Inter. Ahí tendrá que decidir sobre si ir a jugar un partido de máxima exigencia para los neroazurri, que se juega la vida, o descansar con miras al Madrid. Seguramente, y aunque el Inter podría ser el equipo número 35 al que marca en Champions, lo conveniente sería eso. La influencia de Messi es tal que nadie puede plantearse que pueda quedar fuera de combate por jugar un partido sin efectos clasificatorios.
El gol de Messi en el Wanda significó mucho más que el noveno en siete jornadas. Y fue más que un símbolo con vistas al Clásico. Es una demostración del poder del argentino en LaLiga. Messi acumula diez campeonatos y seis trofeos de máximo goleador en el campeonato doméstico. Domina LaLiga con mano de hierro y, por lo visto, y pese a la galbana del equipo en los desplazamientos al inicio de temporada, parece ya metido en faena para que el Barça siga explorando sus límites y gane su novena Liga en doce años. Por el argentino, visto su toque ante Oblak y su celebración, no va a quedar.