Manifestación improvisada en los aledaños de Cornellà
Unos 200 seguidores del Espanyol esperaron la salida de los jugadores. Dos directivos, Roger Guasch y Carlos García Pont, bajaron expresamente y razonaron con ellos.
Los cánticos de “directiva, dimisión”, “esta camiseta no os la merecéis” y “jugadores, mercenarios” que se escucharon en Cornellà-El Prat en el tramo final del Espanyol-Osasuna no se limitaron a la grada, y dirigidos al terreno de juego, sino que se trasladaron también en menor medida a los aledaños del estadio, una vez concluido el 2-4 con el que los pericos quedan hundidos en la zona de descenso con nueve puntos en 15 jornadas y solo uno en casa.
Un grupo de unos 200 seguidores del Espanyol se dirigieron, a su salida del estadio, hacia la zona donde se ubica el párking en el que se sitúan tanto el autocar del equipo como, habitualmente, los automóviles particulares de los futbolistas. Allí continuaron con los cánticos de desaprobación, a la espera de que los jugadores abandonasen las instalaciones, obligando al Espanyol a proceder a un dispositivo del que participaron Mossos d’Esquadra y la seguridad privada del club para acordonar el espacio, lo que entre otras cosas conllevó que los futbolistas cambiaran su recorrido habitual para dejar el estadio, a instancias del personal de la entidad, o que se cerrara la puerta que habitualmente da acceso y salida a los medios de comunicación.
En plena protesta, dos directivos del Espanyol decidieron bajar hasta el lugar donde se ubicaban los alrededor de 200 seguidores. El director general corporativo, Roger Guasch, y el vicepresidente Carlos García Pont trataron de calmar a sus aficionados, quienes les profirieron algunos de los cánticos, aunque finalmente la manifestación improvisada se acabó disolviendo sin mayores incidentes. A la salida del autocar de Osasuna, también se dio por terminado el dispositivo de seguridad.