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CELTA 0 - VALLADOLID 0

Masip detiene al Celta bajo la lluvia

No hubo goles en el estreno de Óscar en Balaídos. Masip realizó buenas actuaciones en la primera parte ante un Celta que dominó sin demasiado peligro. Los celestes continuarán en la zona de descenso.

La lluvia, que lleva varias semanas viviendo en Galicia, ha acabado afectando al césped de Balaídos, cansado de drenar durante tanto tiempo. Muchas conducciones al limbo, muchas circulaciones cercenadas por una hierba impredecible. El Celta quiso dominar desde el principio y no tardó en hacerse dueño del balón ante un Valladolid que estaba cómodo viviendo en el orden defensivo. Y de hecho, las primeras acciones de peligro fueron blanquivioletas.

Primero fue Guardiola, quien remató fuera un centro de Sandro, y después Hervías, quien probó a Sergio con un disparo desde la frontal. Todavía con el miedo en el cuerpo, los vigueses empezaron a acercarse al área de Masip. El primero que lo hizo fue Mina, con un centro que se fue cerrando hasta tocar en el larguero. Fue el pistoletazo de salida a una cascada de ocasiones locales. Aspas le robó la cartera a Salisu y puso la directa hacia Masip, obligado a sacar su mano derecha a relucir. Con el guante todavía caliente, volvió a intervenir para repeler un espectacular disparo de Pione Sisto. Misa envió a córner y segundos después le negó el gol olímpico a Olaza.

El tiroteo sobre el guardameta finalizó con un cabezazo de Araujo. Tras impedir el gol en cuatro ocasiones consecutivas en apenas tres minutos, Masip realizó su última intervención de un entretenido primer acto ya cerca del descanso. Salisu volvió a errar ante Aspas y el moañés volvió a poner a prueba al portero visitante. No volvió a fallar, otra vez desvió su zurdazo. Estaba inconmensurable.

La segunda mitad, con la lluvia arreciando sobre Balaídos, fue menos divertida. El Celta controló, pero apenas logró inquietar a un Valladolid perfectamente colocado en defensa. Las entradas al campo de Rafinha y Toro al campo agitaron un poco el encuentro y Mina tuvo la gran ocasión del partido en el último minuto. Toro centró desde la línea de fondo y el ariete vigués disparó con todo a favor. Esta vez no fue Masip el verdugo, sino el punto de mira, desviado. El balón se fue cerca del palo y ahí se desvanecieron las opciones de triunfo céltico. El punto no permitirá a los vigueses salir del descenso, mientras que el Valladolid mantiene la ventaja de cinco puntos con la zona roja.