Serra Ferrer aparece en el epicentro de la crisis del Betis
El balear, despedido del club en junio, se encuentra en Sevilla y evalúa si acudir al partido ante el Valencia, lo que recalentaría aún más los ánimos.
Anda parte del beticismo de uñas contra su equipo pero también contra su Consejo de Administración por la delicada situación deportiva y se la vuelve a jugar Rubi este sábado ante el Valencia, en otra final por su permanencia en el banquillo verdiblanco. El Villamarín vivirá un auténtico plebiscito que recalentaría aún más la presencia del mito y añorado para muchos Lorenzo Serra Ferrer. Primero entrenador y luego vicepresidente deportivo. Serra, en Sevilla, será homenajeado por una peña bética en la tarde-noche del sábado pero evalúa si acudir o no antes al encuentro. Su presencia multiplicaría las pasiones y los cánticos.
El Betis, que prescindió de sus servicios el pasado mes de junio, le ha invitado al encuentro en un gesto para asperezas. Pero Serra de momento no acepta esa invitación y prefiere, si va, sentarse en su localidad de abonado de Preferencia o acudir a alguno de los palcos privados de amigos de los que también puede disponer. En estos últimos sitios, tal vez, pasaría más desapercibido para la grada.
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Si finalmente acude al Benito Villamarín, el de Sa Pobla se convertirá en el último y decisivo ingrediente de un cóctel explosivo de sentimientos para una afición que no deja de padecer los males de su equipo. Serra vivió dos años de claroscuros como máximo responsable deportivo junto a Quique Setién, temporadas que no acabaron de sacar al Betis de la mediocridad pero que fueron lo mejor que se ha vivido en años, y que no cuajaron entre otras cosas porque el dúo entrenador-fichador acabó con diferencias irreconciliables. Ahora, cuando Setién aparece como más que probable sustituto de Rubi, amenaza con volver Serra Ferrer, aunque sea como espectador, a Heliópolis.