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ESPAÑA 5-RUMANÍA 0

Moreno, por la puerta grande

La Selección cierra la fase de clasificación con goleada para ser cabeza de serie, en el posible último partido del seleccionador. Doblete del goleador del Villarreal.

Actualizado a
Moreno, por la puerta grande

De Moreno a Moreno, así transcurrió la noche, que fue fría en grados y caliente en goles. Del Moreno futbolista nos queda su primer doblete con la Selección y la constatación de que la factoría del Villarreal sigue siendo sinónimo de calidad. Al Moreno entrenador sólo nos queda darle las gracias, porque ha clasificado a España para la Eurocopa y lo ha hecho, además, como primera de grupo. El lunes 18 de noviembre de 2019 no es más que una nueva demostración de lo mal que hacemos las cosas con lo fácil que es hacerlas bien. Robert merece seguir pero la música (mala) nos dice que no será así.

Había tantas ganas de gol en el Wanda que en el minuto 4 la megafonía se disparó sin querer cuando el cabezazo de Gayà tocó la red. Lamentablemente, Alexey Kulbakov anuló el tanto por empujón del lateral valencianista a la hora de rematar. Acto seguido llegó una perla de Cazorla, pero su rosca se estrelló en el larguero con Tatarusanu asistiendo impotente al vuelo del balón. Fue la primera de las alegrías que nos ofreció Santi, a quien el fútbol hace justicia al disfrutar de nuevo con un balón en el pie tras aquellos años de lesión en lesión. Verle de nuevo al máximo nivel, con toda una Eurocopa en la lista de buenos deseos para 2020, es un placer. Tras ese remate a la madera llegó, sin que a la zaga rumana le diera tiempo a recomponerse, el gol que abrió la noche. Fue una gran volea de Carvajal que Tatarusanu despejó pero que cayó en la bota izquierda de Fabián, la buena, mucho mejor que eso. Gol, claro.

Rumanía no estaba dispuesta a capitular. Reaccionó de inmediato y sólo Kepa evitó que el empate subiera al marcador. Era entonces cuando amenazaba con estirar su cuello esa línea ofensiva que lideran Hagi, Coman y Puscas, frutos de la gran cosecha que brindó al país la reciente Eurocopa Sub-21. Les costó, sin embargo, creérselo, apenas pudieron leer el eje central que integraban Íñigo Martínez y Sergio Ramos. Me pareció que el partido les quedó grande a los tres, me sucedió como cada vez que en los últimos meses he visto jugar a la nueva hornada del fútbol rumano: que tengo que frotarme los ojos cuando escucho Hagi y veo golpear con la derecha.

Carvajal y Gayà hacían el campo cada vez más largo y La Roja creció con el paso de los minutos. Estaba empeñada en agarrarse a Madrid como a un talismán. No caía en la capital desde 1987, aquel partido lo viví en directo en una tribuna alta del Bernabéu, con frío y un compañero de carrera del Barça que gritó cada uno de los cuatro goles que marcó Gary Lineker (2-4), por aquellos días pistolero azulgrana. Desde entonces, España sumaba 17 partidos sin traspié (14 victorias y tres empates) en Madrid, donde de nuevo el viento sopló de cola.

Moreno (el seleccionador) aludía en la víspera al cisne negro, esa figura tan en boga hace sólo unas semanas por acontecimientos extradeportivos, referido a un suceso sorpresivo y de gran impacto que luego se convierte casi en normal. Deportivamente, el cisne negro no apareció por el Wanda, donde se vivió una noche sin sobresaltos. Rumanía quiso pero no pudo y España demostró que el gol ha venido para quedarse. Pero más allá del balón, el partido nació torcido por el runrún de la salida de Moreno antes de la gran cita continental. Es de eso y no de los goles de lo que se hablaba en el descanso. Lo hacían los aficionados, los directivos en el antepalco, seguramente también Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, quien combatía el frío con un plumas de la Federación tres tallas más grande.

Y de lo que había que hablar entonces era de la velocidad crucero que había fijado la Selección con los goles de Gerard Moreno (33' y 43') y el marcado en propia puerta por Rus (45', también con la inestimable ayuda del delantero del Villarreal), que dejaban sentenciado el partido y sembraban las dudas en la Federación Rumana de Fútbol, que no sabe a estas horas si Contra va o viene. Tras ver a España y Suecia clasificadas de forma directa para la Eurocopa, Rumanía intentará llegar a la gran cita continental por otra vía, la del playoff de repesca tras su resultado en la Liga de Naciones.

En esa Eurocopa ya está La Roja, que en la segunda parte dejó de apretar y se sentó en el sillón hasta que Oyarzabal cerró el 5-0 con un zurdazo desde la frontal del área. La manita era suficiente. El objetivo se había cumplido y ya estamos en ese bombo 1 integrado por la crème de la crème, aunque el bombo 2 puede esconder algunos lobos con piel de... lobo. Por ejemplo, Francia (campeona del mundo), Croacia (subcampeona) o Portugal (que defiende título). Habrá tiempo para hablar de eso. Por lo pronto, felicitemos a los Moreno.