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ENTREVISTA | GICA HAGI

"Ya no quedan delanteros como Romario o Butragueño"

Gheorghe Hagi (Constanta, 1965) atiende a AS. Es considerado el mejor jugador rumano de la historia y su hijo Ianis lidera a la nueva y prometedora generación.

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"Ya no quedan delanteros como Romario o Butragueño"

¿Cómo ve el España-Rumanía de hoy?

Es un buen partido. La lástima es que teníamos que ganar a Suecia en el anterior encuentro y no lo hicimos. Teníamos una buena oportunidad de clasificarnos para la Eurocopa pese a que el grupo era muy complicado. Estuvimos cerca. Si hubiéramos sacado un resultado positivo ante Suecia, quizá un empate ante España nos hubiera bastado.

Esta España no es como las que ganó títulos hace unos años…

Hay una transición, es lógico. Se ha producido un cambio de los jugadores que lo ganaron todo en Mundiales y Eurocopas. Ahora debe venir la transformación. Lo importante es que sigue el talento y el buen juego. Hay jóvenes que practican un buen fútbol, que dominan el ritmo. Son muy prometedores. Ya se vio en la última Eurocopa Sub-21.

Pero los Casillas, Xavi, Iniesta, Villa… Eso era otra cosa.

No es fácil mantener ese nivel. Hay que cuidar a los nuevos jugadores y darles confianza. Donde hay talento y una buena mentalidad, normalmente se cosechan éxitos. Seguro que España sigue haciendo cosas importantes.

¿Y Rumanía? ¿En qué momento se encuentra?

En Rumanía también hay mucho talento ahora mismo. En los últimos años hemos invertido en academias y eso se tradujo en el buen papel en la Eurocopa Sub-21. Rumanía tiene futuro. Por lo que estamos luchando ahora es por el presente. Vienen muy buenos jugadores.

Nedelcearu, Puscas, Marin, Baluta, su hijo Ianis...

Sí, hay un grupo de los nacidos en el 97, 98 y 99 que son muy buenos, juegan en la Primera Divisón rumana desde hace tiempo, son protagonistas y tienen personalidad. En Rumanía hay ilusión con ellos. La gente está feliz. Con la Sub-21 la afición salió a la calle a celebrar sus victorias. Los nuevos jóvenes son amados.

¿A qué se debe este repunte del fútbol rumano?

A que se ha invertido en cantera. Después de un periodo en el que estuvimos arriba en los 90, se dejó de invertir en los jóvenes y en el deporte en general. Lo pagamos estando mucho tiempo sin clasificarnos para la élite del fútbol europeo y mundial. Este verano ya se ha visto que la cosa está mejor. Yo creo que vamos a regresar a un nivel alto.

¿Tan alto como aquella generación suya del Mundial del 94?

Buff (suspira). Aquel equipo se construyó poco a poco, no vino de la nada. En los 80 y 90 se invirtió mucho en fútbol en Rumanía y nosotros fuimos el resultado. En USA 94 estuvimos a un nivel muy alto, cerca incluso de pelear por el título. Siempre hubo talento en Rumanía, pero hay que organizarlo. Hay que planificar y construir buenos jugadores y buenos equipos. Estamos regresando poco a poco a eso.

Hábleme de su hijo Ianis. Ya está en el radar de las grandes ligas.

Lo importante es que le gusta el fútbol. Es un chico muy dedicado, le gusta entrenar, tiene talento, es joven y con una proyección alta. Tiene espacio para seguir mejorando.

Usted era zurdo cerrado, él es más ambidextro.

Maneja bien ambas piernas, sí. Pero en el campo juega en la misma posición que yo, número 10, le gusta tomar decisiones y hacer la diferencia. A mí me gusta de él que está pendiente del fútbol, no piensa en otras cosas. Los tiros de falta también son una de sus cualidades. Además es inteligente y tiene visión.

¿Por qué decidió irse a Bélgica, al Genk, y no a una liga mayor?

El Genk fue su decisión en verano. Es un club que forma jugadores y que luego los vende a clubes más importantes de Europa. Es un paso más para progresar. A partir de ahí, ya veremos.

¿Qué tal va el proyecto de su Academia Hagi y del Viitorul, ambos de su propiedad?

Cumplimos diez años ahora y la verdad es que estamos muy contentos. Hemos sacado a muchos jugadores de la Academia y con Viitorul en los últimos tres o cuatro años hemos luchado con los mejores clubes de Rumanía. Hemos ganado la liga, la copa y la Supercopa, tres títulos. También participamos en Europa, aunque no con tan buenos resultados. Practicamos un buen fútbol, ofensivo, con buenos principios. Ahora vamos segundos en la Liga.

¿Veremos al Viitorul en la Champions?

Eso es un sueño. Estar asentados en Europa puede ser objetivo a medio y largo plazo. Mi cabeza me pide ir poco a poco. Por ahora estamos muy satisfechos.

¿Prefiere ser presidente o entrenador?

A mí me gusta entrenar, por eso soy manager del club. También soy el dueño, pero no me convence la parte administrativa, me gusta más ser manager o entrenador.

¿Le gusta España?

Me encanta. Lo que más me gusta de España es que se vive y se come muy bien. Cuando tengo la posibilidad, la visito. Allí lo pasé muy bien, además de hacer lo que más me gustaba que era jugar al fútbol. Mi hija nació en España. Mi hijo en Turquía, pero también está enamorado de España.

Usted jugó en el Madrid y en el Barça. No muchos pueden decir eso.

Y estoy orgulloso. De ambos clubes aprendí lo que significa intentar ser el mejor del mundo en cada momento. Teníamos siempre esa mentalidad. El Madrid y el Barça me cambiaron, me hicieron pensar en tratar de ser siempre el mejor.

¿Con qué recuerdo se queda de sus etapas como madridista y culé?

Recuerdo los dos goles desde el mediocampo, ante Osasuna con el Madrid y en Vigo con el Barcelona. Yo tengo el corazón partido entre Madrid y Barça, como dicen ustedes. Me sentí feliz en los dos clubes, jugué dos años en ambos, metí un gol desde mediocampo con cada uno de ellos (risas)… Así nadie se enfada.

En el Barça coincidió con Cruyff. ¿Ha seguido sus métodos como Guardiola y tantos otros?

Johann fue uno de mis ídolos. Fue un placer trabajar con él. Me inculcó el fútbol que me gusta y ahora como manager intento ir por esa línea y tener esa personalidad suya del fútbol total. Fue una persona que revolucionó el fútbol.

¿Qué jugador le impresionó más?

Maldini. Sí, como rival Maldini…

¿Y como compañero?

Hay muchos. En todos los equipos tuve jugadores fenomenales alrededor. Tenga en cuenta que en Rumanía jugué en la mejor época del Steaua y de la Selección. Y luego estuve en el Madrid y el Barça, que estaban llenos de cracks. Y después en un gran Galatasaray en Turquía. Es difícil elegir. Sí debo decir que ya no quedan nueves como los de antes. Todo el mundo habla del número 10, pero no hay delanteros como Romario o Butragueño. Me encantaban.

¿Madrid o Barça? ¿Qué le recomendaría a su hijo?
España (risas). Allí se juega un fútbol fenomenal, creativo, técnico y se deja al jugador pensar. Ojalá un día pueda llegar al fútbol español.