Randy Nteka: "El Fuenlabrada es para mí orgullo y humildad"

-El Fuenlabrada es ya una realidad, ¿cómo lo valora?

-El equipo está muy bien. Nadie se esperaba que tuviéramos este nivel, pero trabajamos para alcanzarlo y, si podemos, superarlo.

-Y usted se ve...

-Me veo muy bien.

-Aunque en Segunda hay un Randy menos goleador, pero mucho más trabajador.

-No estoy metiendo muchos goles, de momento. La categoría es nueva para algunos y tenemos que acostumbrarnos. Para ello, seguir trabajando duro y apoyarnos como equipo.

-Sin embargo, ese trabajo le hace ser un imprescindible para su técnico, Mere.

-Es una buena pregunta, pero no tengo la respuesta. Sólo sé que cada jugador de este equipo da el 100% en cada entrenamiento y partido. Somos unos luchadores y esto se ve en el campo. Cuando uno es sustituido, el que entra aporta lo mismo. Lucha y sacrificio.

-Tanto trabajo le hace ser uno de los jugadores que más faltas recibe en el Fuenla.

-Son cosas del fútbol. Nunca sabes cuándo vas a recibir un golpe, pero no voy a cambiar mi forma de jugar y menos si ayuda a mi equipo. Lo tengo claro.

-Es su primer año profesional, ¿qué es lo mejor?

-Los estadios. Cuando era pequeño los veía en la televisión; ahora juego en campos como La Rosaleda. Todavía no me creo estar en los estadios donde estoy jugando. A veces, llamo a mi familia para comentárselo.

-¿Y lo más duro?

-Al principio, la vida de profesional. Sin embargo, la experiencia de alguno de mis compañeros lo hizo más fácil.

-Para un joven de París, de 21 años, debe ser duro dar ese salto lejos de su hogar.

-Si estás feliz en tu trabajo y con tus compañeros, la vida es mucho más sencilla. Yo vengo cada día ilusionado y feliz de jugar para este club.

-¿Cómo es ese vestuario azulón que apoya tanto?

-Somos lo que se ve en el campo. Un bloque. Todos juntos. Una verdadera familia y eso es lo que defendemos en el césped.

-Su historia es digna de película, ¿podría contárnosla?

-Yo estaba cerca de dejar el fútbol, el equipo en el que jugué en París no era bueno y tenía que trabajar para ayudar a mi familia. Soy el mayor de los hermanos y era mi deber. Sin embargo, me llamó un amigo mío comentándome que su representante quería traer a algunos jugadores para probar suerte en España.

-Y su primer equipo es el Betis San Isidro, ¿me equivoco?

-Así es. Yo tenía miedo de salir de París y cuando llego aquí me dicen que tengo que jugar seis meses en el Betis San Isidro. Yo no lo sabía, pensaba que iba a estar en un filial una semana de prueba y luego se vería. Eso fue lo que me dijo el representante antes de venir. Fue duro. Sin embargo, mi entrenador en el Betis me ayudó mucho. Por otro lado, mi familia no me dejó rendirme. Me llamaban y me decían: “Tú no te puedes rendir. Estás ya ahí y tienes que lograrlo”.

-Su familia es la que le hace continuar.

-Sí, y mi pasión por el fútbol. Esto es lo que me gusta. Ya estoy dentro de este mundo y no voy a salir de aquí para hacer algo que no me gusta.

-¿Sigue teniendo relación con alguien del Betis San Isidro?

-Claro. Sigo hablando con mucho de mis compañeros y, de vez en cuando, me acerco a ver cómo van las cosas.

-Después del Betis llega el Fuenla. Primero, al filial y al poco, al primer equipo, ¿todo fue muy rápido?

-Sin duda. Con todo lo que me costó arrancar mi carrera ver que estaba en el Fuenlabrada al poco de llegar a Madrid,fue muy precipitado. Sin embargo, el míster siempre tuvo confianza en mí.

-Está viviendo una historia que muchos han soñado con tener, ¿qué diferencia su historia de la de aquellos que no llegaron?

-Yo luché en cada momento. Cuando más difícil era más luchaba. Cabeza arriba y avanzar.

-Su físico y su forma de jugar hace que den ganas de llamarle el ‘Pogba de Segunda’, ¿cómo lo llevaría?

-La verdad, estoy muy agradecido pero no me quedo en eso. Yo soy Randy Nteka y quiero escribir mi propia historia.

-¿Qué significa el Fuenlabrada para usted?

-Orgullo y humildad. Somos pequeños, pero no tememos a nadie.

-Para finalizar, ¿con qué sueña Randy?

-Jugar en Primera División y si es con el Fuenlabrada, mejor.