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LEGANÉS

Aguirre tiene dos semanas para trabajar con su pizarra flexible

El Leganés retorna al trabajo para afrontar el parón como si fuera una pretemporada. El nuevo entrenador ha combinado una gran variedad de dibujos.

Aguirre tiene dos semanas para trabajar con su pizarra flexible
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El Leganés retorna hoy al trabajo. Javier Aguirre ha convocado a los suyos a las 16:30 en la Instalación Deportiva Butarque después de dos días de descanso. Será el inicio de una mini-pretemporada de casi dos semanas en la que el nuevo entrenador mexicano de los pepineros pretende inculcar al bloque sus ideas y asentar su pizarra.

En Butarque el mexicano contará con el hándicap de tener una plantilla elaborada para jugar casi sólo y exclusivamente con el 5-3-2, el mecanismo que acabó implantando Pellegrino al sur de la capital y para el que cinceló un conjunto que, este curso, apenas presenta alternativas que permitan modificar el dibujo.

Ante la Real Sociedad, Aguirre optó por esta fórmula por ser, como él mismo aclaró en rueda de prensa, la más fácil de aplicar inicialmente. Sus muchachos ya la tenían interiorizada. De ahora en adelante está por ver si el entrenador repetirá con este dibujo para los siguientes encuentros (Barça y Sevilla los dos próximos) o si se lanzará a por métodos diferentes sacados de su propia cosecha táctica. Pero, ¿cuál es la metodología de Aguirre? ¿Qué fórmula de juego le espera a los pepineros de ahora en adelante?

Los ejemplos de Egipto y Japón

La pregunta tiene difícil respuesta. Resulta que el Vasco hace de la táctica un concepto maleable. Cierto es que en casi todos sus equipos ha tratado de inculcar un concepto común. Hacer de ellos bloques sólidos en los que prime más la efectividad que el arte. Lo práctico frente a lo estético. Pero la manera de ejecutar su plan ha ido variando.

Su experiencia más reciente en los banquillos se sitúa en Egipto, como seleccionador de un combinado en el que mandaba el 4-2-3-1. Así fue como logró clasificarse con solvencia para la fase final de la Copa de África. Ya en el torneo, Aguirre repitió esquema hasta que se cruzó en octavos contra Sudáfrica. En aquel duelo el mexicano tiró de un método más ofensivo. Jugó con 4-3-3, con Salah, Mohsen y Trezeguet en punta. Cayó 1-0 después de ver como los suyos sufrían grandes problemas para sacar la pelota jugada.

Antes, en 2015, Aguirre se puso a los mandos de Japón en la Copa de Asia, donde también cayó. En aquella ocasión lo hizo Emiratos Árabes en los penaltis, en cuartos de final. Perdió usando el sistema que esgrimió durante toda su estancia con los nipones, un 4-3-3 en el que la delantera la formaban Onda, Inui y Okazaki. Este último, como sucedía con Mohsen en Egipto, delantero centro puro y de referencia. El uso de un ‘9’ nato se repite en ambas experiencias.

Sus experiencias en España

Ese rol de ‘9’ se le podía atribuir también a Stuani, delantero uruguayo con el que contó en su época del Espanyol. Sin embargo, apenas aterrizado al cargo para (como le sucede en el Leganés) tratar de rescatar a los pericos, Aguirre no lo usó de ariete puro, sino que lo tiró a una banda.

En Barcelona el entrenador desplegó un 4-2-3-1 con juego muy directo en el que la presencia de Stuani a un costado no era casual. Muchos eran los balones que lo buscaban para que disputara por arriba el esférico y se generaran segundas jugadas de las que se beneficiaba Sergio García, el otro delantero de su Espanyol. Una perspectiva de fútbol simple, pero eficaz en la que el doble pivote Forlín – Víctor Sánchez aportaba una base más destructiva que destructiva.

Con el Atlético de Madrid logró reflotar al equipo hasta darle un empaque europeo que no tenía por aquel entonces. En sus mecanismos de juego, sin embargo, la fórmula más repetida era el 4-4-2 que, tras la marcha de Fernando Torres y las llegadas de Simao y Maxi Gómez, pasó a convertirse más en un 4-2-4 en el que Forlán y Agüero ejercían de punta de lanza. El bloque se partía con demasiada frecuencia, pero también gozaba de una pegada que le dio impulso para alcanzar sus objetivos.

Todos estos son retazos de un pasado en el que Aguirre podría encontrar la solución al difícil futuro del Leganés.