Hay Selección para soñar

España está en cuartos de final después de superar a Senegal en un partido completísimo. Volvió a construir la Selección su victoria en un trabajo defensivo impecable para dejar después que la talentosa línea de mediapuntas de esta generación resolviera en los metros finales. Ni un pero se le puede poner a los de Gordo línea por línea: Iván Martínez es un líder desde la portería, la defensa es un muro, los dos pivotes son incansables en el ida y vuelta y arriba cada asociación es una jugada de peligro. Además, el partido en defensa y en ataque de Pedri e Ilaix Moriba fue descomunal. Tienen tanto talento como capacidad de sacrificio. Hay equipo para soñar con cosas grandes.

Demostró de inicio La Rojita algo que puede resultar decisivo en lo que queda de torneo: personalidad. Ver a Pedri sonreír mientras se dirigía al centro del campo para escuchar el himno tranquiliza hasta al más desconfiado. La sonrisa del jugón. Ese aplomo de los de Gordo resultó clave en los primeros minutos, donde las piernas aún suelen temblar, porque el juego directo de Senegal no admitía errores. No hubo lugar a sorpresas porque la defensa española volvió a estar imperial.

A partir de esa seguridad defensiva comenzó a crecer España. Los senegaleses cerraron los pasillos interiores, ahí donde las asociaciones de los mediapuntas españoles se vuelven letales. Eso provocó dos pérdidas peligrosas, aunque no hizo que dejaran de intentarlo. En el 27’ llegó la recompensa a la insistencia. Una magnífica combinación por el centro entre Pedri, Pablo Moreno y Robert Navarro terminó con este último mano a mano contra Dione. Definió con la tranquilidad de un killer y la calidad del mediapunta talentoso que es. La Real Sociedad tiene ahí un diamante que disfruta esta Sub-17 (tres goles ya en el torneo).

Cambió el marcador pero no el plan de Senegal: balones largos a Souleymane para buscar un error de la defensa en las segundas jugadas. Ahí apareció el trabajo estos días de David Gordo, porque la labor de los mediocentros y los laterales en las ayudas a los dos centrales deja entrever horas de vídeo preparando esas jugadas.

El segundo acto no cambió el guion. España fue dueña total del centro del campo, mientras que Senegal insistió una y otra vez en un juego directo que no creaba ningún peligro. El seleccionador senegalés pecó de no tener plan B si el principal no funcionaba. El fútbol recompensó a España con una jugada afortunada en la que Valera se quedó solo ante el portero tras un rechace. No falló.

En los minutos finales Senegal se metió en el partido con una acción intolerable con futbolistas de 17 años, en plena formación. Se aprovecharon de no devolver una pelota y la cosa terminó en gol. Sólo por esa falta de Fair Play no merecen seguir en el torneo. Pero, por encima de todo, porque España fue infinitamente superior de principio a fin. Se han ganado el derecho a soñar…