Dani Parejo cierra el círculo ante el Lille con un ‘panenkazo’
Se estrenó en Champions con un gol a lo ‘panenka’ frente al rival contra el que vivió una noche aciaga hace siete años.
Si alguien dice la palabra ‘líder’ en la capital del Turia, probablemente la primera persona que le venga a la mente sea Daniel Parejo Muñoz. El de Coslada es hoy la máxima referencia del valencianismo, especialmente tras la salida de Marcelino y la cercana destitución también de Mateu Alemany. Y aunque cueste de creer, el capitán se estrenó ayer en Champions por primera vez, tras 23 partidos disputados, y lo hizo con sangre fría anotando un penalti a lo panenka.
Parejo se sabe líder, el centrocampista es consciente que tiene mucho crédito con la grada, el capitán es conocedor de que su equipo le tiene como referencia. Y por ello, no dudó en imitar la genialidad de Antonín Panenka de 1976, en un partido donde su equipo iba perdiendo y, sobre todo, después de que él mismo hubiera fallado los dos últimos penaltis que había tirado en Champions (Juventus y Ajax).
Y todo eso frente al mismo rival contra el que fue pitado por su propia grada hace siete años, cuando entonces estaba discutido y daba sus primeros pasos en el Valencia. El penalti anotado define como ha sido su actitud en Mestalla siempre, frialdad en los momentos de tensión, atrevimiento para pedir el balón pese a que las dos últimas ocasiones había fallado y clase para definir. Es una realidad que a Dani le costó encajar en Valencia. Su juego, atrevido y vistoso, le pone en la diana cuando las cosas van mal y eso siendo un futbolista joven le pasó factura. Si bien es cierto que ese mismo año, tras un mal inicio y una noche aciaga en Mestalla, la grada ayudó a que él reaccionara, y el actual capitán acabó jugando casi 3.000 minutos incluyendo los octavos de final de la Champions contra el PSG, los últimos disputados por los blanquinegros hasta el momento.
Siete años, 61 goles, 58 asistencias y un ‘panenkazo’ después, Parejo es incuestionable. Tanto es así, que ayer cuando cometió un par de pérdidas en la salida de balón o incluso cuando tuvo la mala fortuna de que el cuero rebotó en un jugador francés tras un intento de pase suyo y le cayó a Osimhen para que anotara el primer tanto, nadie dudó de él. Mestalla ya le comprende, el estadio ha visto en infinidad de ocasiones como su capitán desatasca los partidos, como se ofrece cuando el balón quema y, especialmente, como los 10 entrenadores que han pasado por Valencia en los últimos siete años siempre se han encomendado a él. Justo como la afición se encomienda ahora.