El barco se hace en Cádiz, está atracado en Cádiz y la mayoría de sus tripulantes son de Cádiz. Representa la conquista del mar por el hombre, y el mar, el agua, es la esencia de la tierra. Es un homenaje del Cádiz al mar y al planeta. Así lo ha interpretado el club.
De esta manera Manuel Vizcaíno, el presidente del Submarino Amarillo, sigue implementando su política de buscar lugares emblemáticos de una ciudad para acercar un poco más el club a sus gentes. La foto en el teatro Falla antes mencionada es un brillante ejemplo. En el Sevilla también lo impulsó con fotos tan recordadas como aquella en la Catedral.