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LEGANÉS 1 - MALLORCA 0

El Leganés se estrena impulsado por el efecto Cembranos

Primer triunfo para los pepineros liderado por Rivera y Braithwaite. El Mallorca sigue sin vencer lejos de Son Moix.

El Leganés se estrena impulsado por el efecto Cembranos
Enrique de la FuenteGTRES

El Leganés exhumó su orgullo del sarcófago en el que se sentía enterrado vivo para demostrar ante el Mallorca que cree en el milagro de la salvación. Los pepineros vencieron (1-0) en su primer triunfo de la temporada (primer partido sin encajar) contra un rival que aún no ha puntuado lejos de las islas. Triunfo de sufrimiento en el debut del interino Luis Cembranos que lideraron Rivera con sus galones y Braithwaite con su gol.

El técnico interino se estrenó a puerta gayola. Dejó fuera de la lista a dos colosos como En Nesyri y Omeruo y dio un revolcón al sistema con un 4-3-3 mentiroso, porque aquello fue más un 4-1-4-1 de corte defensivo con Rivera como eje del nuevo sistema solar pepinero. Todo rotó en torno a este asturiano, minero sin casco y un pico en cada pierna. Él solito convirtió en diamantes a la contra el carbón de cada robo. Su debut (hasta ahora no había jugado nada) aportó luz frente a un Mallorca que raptó el balón, pero acabó con síndrome de Estocolmo. Tanto quería la bola, que nadie lo golpeaba. Ni para despejar, ni para rematar.

Solo tuvo una ocasión (Dani Rodríguez, desde lejos en el 9’) antes de que el Leganés se adelantara en su primer tiro. Braithwaite, depredador del gol, cazó al segundo palo un buen centro de Rosales que no remató Carrillo. Rugió el danés y tronó Butarque, invasión improvisada de césped incluida. Todo el banquillo esprintó de euforia sobre el verde en un suspiro eterno de alivio. Era la segunda vez que el Lega se adelantaba en el marcador este curso. La anterior, ante el Betis, le duró tres minutos.

No se repitió la maldición en este partido en el que tras la reanudación creó más peligro el pánico al abismo de los locales, que el peligro del Mallorca. Vicente Moreno agitó el árbol con la entrada de Kubo, pero siguieron los suyos sin desbordar mientras se balanceaban por el alambre de esa obsesión moderna de sacarla jugada a toda costa. Braithwaite mandó al larguero en el 77’ el rechace de una falta provocada precisamente por arriesgar en la salida. Tuvo el Lega el segundo en una contra tres para uno que Arnáiz malogró poco antes de que el árbitro señalara siete minutos de añadido eternos con dos claras ocasiones visitantes (Raillo y Trajkovski) que hicieron temblar a Butarque, un estadio henchido de fe con el pitido final al grito de “Sí se puede”.