Repaso del Mirandés al Zaragoza
A Víctor Fernández se le ha caído el equipo: segunda derrota en cinco días y sólo seis puntos de los últimos 21. Los rojillos, por su parte, se alejan de los puestos de descenso.
El Mirandés, valiente y decidido, salió como un tiro y convirtió al Zaragoza en una caricatura durante la primera media hora. Fue un repasó en toda regla que desnudó tácticamente al equipo aragonés de arriba abajo. Cristian Álvarez, el único que hizo frente a la tempestad, salvó al Zaragoza con dos grandes paradas a remates de Guridi y del brasileño Marcos André, pero tanto fue el cántaro a la fuente que se acabó rompiendo, y el propio Marcos André le hizo justicia al Mirandés al culminar en el segundo palo un envío excelente de Merquelanz, con el que no pudo nunca Delmás.
El 0-1 todavía agrandó más al equipo de Iraola, que pudo sentenciar el partido en dos remates consecutivos de Marcos André, el segundo de ellos al larguero, que propiciaron los primeros silbidos de La Romareda al Zaragoza de la temporada.
El equipo aragonés logró sacudirse la avalancha burgalesa en el último cuarto de hora, pero ni tuvo precisión en los centros ni habilidad para abrir brecha en la defensa rival. Su única ocasión digna de mención fue un disparo de Luis Suárez ––ya a una tarjeta de la suspensión–– que salió rozando el poste en el minuto 40. Nada más.
Víctor Fernández liquidó el rombo tras el descanso, un dibujo al que el japonés Kagawa no le rinde ningún beneficio, y se jugó la baza de Papu, prescindiendo de Delmás y reordenando a su equipo en 4-2-3-1, con Raúl Guti de improvisado lateral derecho. Y por un momento pareció que el Zaragoza iba a poder meterle mano al Mirandés, pero fue sólo un espejismo, porque un rápido contragolpe permitió a Álvaro Peña aumentar la ventaja a media hora del final.
A la desesperada, entraron Linares y Javi Ros por Kagawa y James, y el Zaragoza se metió en el partido con un espléndido cabezazo de Soro desde el punto de penalti, pero ya no le alcanzó para más. Lo intentó todo, pero el Mirandés aguantó el agobio con entereza y logró su primera victoria fuera de Anduva, un triunfo que le permite salir de posiciones de descenso. Un resultado de prestigio al que se hizo acreedor por su valentía y su entusiasmo.