Un doblete de Ángel bendice al Getafe y condena a Pellegrino
El delantero salió tras el descanso. Bordalás dio la vuelta al partido con los cambios. El Leganés sigue colista y su entrenador, en el alambre.
Al Leganés se le escapa la tortuga. Es colista con solo dos puntos en nueve partidos. A ese ritmo acaba la temporada con 8 puntos. Mal de un vecino, beneficio del otro, y el Getafe ha cogido carrerilla con los puesto europeos ya a tiro de piedra.
La primera agitación del derbi llegó con las alineaciones. Damián, el soldado con más galones del ejército de Bordalás, se quedó fuera de la convocatoria, un descanso con miras al partido del jueves contra el Basilea de la Europa League. Tampoco entraron en la lista por idéntico motivo Gallego, Fajr y Bruno. La alineación del Leganés también escondía sorpresas. Por el danés Braithwaite jugaba arriba Sabin Merino, un futbolista casi inédito que sólo había contado esta temporada con 11 minutos de juego.
Getafe y Leganés comenzaron metidos en una lavadora. Vueltas y más vueltas con y sin balón, totalmente desorientados hacia la portería. El primer disparo entre los tres palos llegó sin querer. Fue en el minuto 20, cuando Raúl Carnero lanzó una falta de forma picada para que la rematase a la carrera Mata (exactamente igual que la que fue gol de Ángel en Krasnodar), pero el delantero no llegó, el balón botó antes de la portería y el efecto hacia el interior la envenenó obligando a Cuéllar a estirarse de lo lindo.
El partido adolecía de fluidez, y como no parecía preocuparle a ninguno de los dos las oportunidades tuvieron que nacer en jugadas a balón parado, faltas lejanas ensayadas en el laboratorio de los entrenamientos, como esa que frustró Cuéllar y otra que definió mal Molina minutos después.
El tímido acercamiento del Getafe despabiló al Leganés, que recordó entonces que aquello era un derbi y que en un derbi hay que ser macho. Roque Mesa tuvo la ocasión más clara (26’), pero sacó a córner Soria. Fueron los mejores momentos del partido, respondiendo el Getafe en el 28 con un tiro al poste de Maksimovic tras una buena basculación de Molina dentro del área protegiendo el balón. Molina, posiblemente, sea el jugador de Primera que mejor uso hace del cuerpo., lo que hoy llaman cuerpear.
Pero el Leganés seguía tirando p’adelante, con un remate de cabeza de Siovas (32’), otro de Jonathan Silva que se le fue alto al pillarle con la pierna derecha, la menos hábil y un tercero de Recio (44’) que despejó Soria con buenas manos.
Puesto el partido en una báscula pesaba más lo que estaba haciendo el Leganés, sus ganas, su insistencia, sus entradas por banda, sus triangulaciones al borde del área rival, y sus ocasiones. Pero como las intenciones no llenan el estómago, a Pellegino se le hacía largo aquello. El colista necesitaba ganar. Y Pellegrino, salvar su puesto.
El Leganés parecía tener controlado al Getafe. Por eso el primero en mover ficha en el descanso fue Bordalás, que sentó a Molina y puso en escena a Ángel, su goleador en Europa (tres goles) y mucho más veloz y dinámico.
Esta vez no fue el VAR (como ante el Levante) el que tumbó al Leganés, sino los cambios de Bordalás. En el 60’ introdujo a Kenedy y en el 64’ marcó gol Ángel a pase de Kenedy. Fue en una jugada por la izquierda, Kenedy centró y Ángel (1,72 metros) remató de cabeza superando a Siovas (1,92).
A Pellegrino no le quedó más remedio que jugarse el resto. Sacó a Braithwaite y En Nesyri (delanteros titulares la temporada pasada) para acabar jugando con tres puntas. Pero cuando la suerte se atraviesa da igual que le busques las vueltas y, en una contra, Ángel encaró a Cuéllar, le regateó al borde del área y marcó. Era su segundo gol en el partido. Era su cuarto gol en Liga. Era su séptimo de la temporada.