RAYO VALLECANO I ENTREVISTA AS
“Me puso los pelos de punta oír mi nombre por la megafonía”
Miguel Ángel Morro (Alcalá, 11-09-2000) debutó con el Rayo el pasado viernes ante el Tenerife. Míchel se fijó en él y Paco le ha dado la alternativa bajo palos. El futuro ya está aquí.
—¿Su ídolo?
—Iker Casillas. Era el referente de todos los niños, cuando ganó el Mundial fue un boom.
—Pasó por las categorías inferiores del Real Madrid.
—Me vieron en Alcalá y les debí gustar, me emplazaron a unas pruebas. Me dijo mi padre: ‘Miguel, hagas lo que hagas, tú grita, que se te oiga’. Sólo hice una prueba y empecé a ir a torneos, entrar en convocatorias…
—¿Marca estar allí?
—Sí. El primer año lo recuerdo bonito, pero el segundo no tanto porque no jugué lo suficiente. Eso te ayuda a formarte.
“Dimi me aconseja y Alberto es mi padre en el vestuario”
—¿Veían a los jugadores del primer equipo?
—El campo de entrenamiento de porteros estaba un poco apartado, por la zona del primer equipo. Era la época de Mourinho y alguna vez nos saludaba, también los veíamos cuando pasaban con el coche.
—¿Cómo llegó al Rayo?
—Este es mi tercer año con el Rayo, llegué al Juvenil C con Toni Paredes. Me costó entrar en la dinámica, lo que es jugar la pelota, adaptarme al ritmo de la competición, pero terminé muy bien. Eso hizo que Míchel se fijara en mí. Recibí una llamada de Juanma (Barroso) para avisarme de que hacía la pretemporada con el primer equipo. Me pilló por sorpresa.
—¿Son muy diferentes Míchel y Paco en lo que le piden a un portero?
—Tampoco te creas. Son parecidos en la salida de balón, el juego con los pies…
—¿Cómo es entrenar con Alberto y Dimitrievski?
—¡Genial! El día a día con ellos es espectacular. Dimi me da consejos, está muy atento, me dice que mire el blocaje, las salidas por arriba… Y Alberto es mi padre en el vestuario. Tiene una relación magnífica conmigo y con mi familia.
—Usted dijo que el capitán cuida mucho a los canteranos.
—Tiene un feeling especial. A todo portero que sube le regala guantes. Y a Martín es uno de los que más le ha ayudado.
—Este año han dado el salto dos canteranos.
—Cuando entré veía el primer equipo súper lejos. Una vez que das el paso y rompes la barrera, te das cuenta de que el esfuerzo merece la pena. La gente se queda con el debut, pero yo recuerdo todos los días que viajé con el primer equipo y no jugué, las lesiones, los entrenamientos en días de lluvia…
—Paco dijo que Martín y usted son el futuro.
—Ojalá ambos triunfemos en Vallecas el día de mañana.
—Martín tuvo un debut difícil.
—Es un gran amigo, mi compañero de habitación. Ha vivido una situación que, de tocarme a mí, no hubiera llevado como él. Tiene una psicología espectacular. Cuando nos dieron la lista del Tenerife me dijo: ‘Si salgo, tú tranquilo, dame los balones a mí’. Muestra mucha confianza y es maduro. Sabe que estamos con él, posee grandes condiciones y estoy segurísimo de que va a llegar lejos.
—¿Cómo fue la semana del estreno?
—El miércoles me dijo Alberto que no iba a llegar, llamé a mis padres. Tenía mariposas en el estómago. La más nerviosa era mi madre y a Vallecas fueron unos quince familiares, estuve bien arropado. Fue medio Alcalá (risas). Ese mismo día se me hizo larguísimo. No puedes dormir mucha siesta y estuve viendo series.
“Ojalá Martín y yo triunfemos en Vallecas en el futuro”
—¿Y al saltar a Vallecas?
—Cuando dijeron mi nombre por megafonía se me pusieron los pelos de punta. Los primeros minutos lo veía como una película. Nunca había jugado en un estadio tan grande, ante tanta gente. El ritmo es diferente y se nota cómo aprieta la grada. Ojalá Vallecas vuelva a ser lo que era.
—¿Algún rayista en casa?
—Mi abuela, ya fallecida, se crió en Vallecas y siempre hablábamos del barrio en las comidas familiares. Ahora ya son todos del Rayo.
—¿Cómo es su día a día?
—Estuve medio año sin estudiar, lo tuve que dejar, pero lo he retomado otra vez. Hago un grado superior de deporte por las tardes. Compagino todo. Los estudios son importantes, nunca sabes cómo vas a acabar.
—¿Dónde ve al Rayo a final de temporada?
—Veo un equipazo, para ascender. Nuestra idea es acabar en lo alto de la clasificación en el parón de Navidad.