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REAL VALLADOLID PROMESAS

Un filial de mucho nivel

El Real Valladolid Promesas está asombrando con su buen inicio de temporada, que le convierte en candidato a jugar el playoff.

El Valladolid Promesas.

Fuerte apuesta. La dirección deportiva del Real Valladolid realizó este verano una gran inversión para intentar mejorar el nivel del equipo. La intención es clara: que la calidad de los jugadores de Baraja esté lo más cerca posible de las exigencias de la Primera.

Fichajes de calidad. Jugadores como Alende, Doncel, Víctor García o Soberón fueron importantes la pasada temporada en otros equipos de Segunda B. Algunos de esos fichajes se cerraron después de presentar a los jugadores proyectos de largo plazo, que pasan por una posible presencia en el primer equipo.

Javi Baraja. El que fuera capitán ha dado el salto al filial después de dos años prometedores en la cantera, en los que consiguió buenos resultados. Además, cuenta con un cuerpo técnico contrastado en la base blanquivioleta y de calidad.

Dura competencia. La presencia de Salisu en el primer equipo hace que haya solo dos centrales. El resto de puestos cuenta al menos con dos futbolistas, que compiten a un nivel parecido. En el centro del campo hay cinco: Oriol, Kike Pérez, El Hacen, Segura y Mancuso.

Imparable en casa. El Promesas ha ganado sus cuatro partidos en Los Anexos, frente a Izarra, Leioa, Barakaldo y Real Sociedad B. En los cuatro fue superior a sus rivales, gracias a su fútbol alegre y ofensivo. El centro del campo brilla, pero también lo hacen los atacantes.

Producción ofensiva. El filial ha marcado dos goles o más en todos sus partidos en casa. Fuera se quedó sin ver puerta en sus dos derrotas. Aun así, el volumen ofensivo es alto gracias a Doncel, Víctor García, Kuki Zalazar o Miguel.

Fortaleza defensiva. Diego Alende comanda una zaga que promedia un gol encajado por partido. Las sensaciones son incluso mejores que los números y toda la defensa se encuentra en un buen momento. Si Sergio necesitase otro defensor, también ahí contaría con recambios de garantías.

Ambición. Aunque de puertas hacia afuera no se quiere lanzar las campanas al vuelo, dentro del vestuario se reconoce la posibilidad de vivir un año bonito. En otras palabras: no se niega la ambición de alcanzar el playoff, compartida por el club.

Futuro. Al margen de la evolución de los resultados, el futuro está garantizado. El grueso de los futbolistas potenciales del filial tiene contrato por varios años, por lo que el Real Valladolid podría repetir la ‘fórmula Waldo’ si alguno destaca.