Aspas se reconcilia con el gol
El moañés estrenó su cuenta anotadora de la temporada y dio la victoria al Celta para romper una racha de cinco partidos sin ganar. El VAR fue decisivo para validar el único tanto del encuentro. El Athletic apenas inquietó a Rubén Blanco.
Siempre aparece. Tarde o temprano, pero Aspas siempre aparece. Esta vez tuvo que esperar hasta la octava jornada para reconciliarse con el gol, eligiendo además un momento decisivo, pues la palabra crisis ya planeaba por Balaídos. Y su gol no fue fruto de la casualidad, sino de la persistencia, ya que no había transcurrido ni un minuto de juego cuando la estrella celeste empezó a ajustar su punto de mira. Fue con un remate de cabeza a centro de Denis, muy activo durante todo el partido.
Poco después lo volvió a intentar Aspas con un zurdazo dentro del área, pero el tobillo de Íñigo Martínez se interpuso en el camino. Antes del descanso fue Mina quien lo probó con un derechazo tras una buena jugada trenzada entre Rafinha y Denis. ¿Y qué hacía el Athletic? Pues poca cosa, la verdad.
En la segunda parte entró Sancet, la joya de Lezama, y tardó pocos segundos en mostrar su calidad. Se inventó un regate para preparse un disparo que detuvo Rubén. Acto seguido movió ficha Escribá introduciendo a Brais Méndez y el canterano, cuestionado por una parte de la grada, fue quien movió el árbol, volcando el campo hacia la portería de Unai Simón.
Sin embargo, el tanto llegó a balón parado, en un saque de esquina ejecutado por Denis que prolongó Mina. Allí apareció Aspas para empujar el balón a la red y señalarse el escudo. El linier levantó la bandera, pero entonces apareció el VAR para impartir justicia. Validó el gol y Balaídos celebró el tanto con más entusiasmo aún que en primera instancia. El Athletic, aturdido, no supo reaccionar y el Celta logró un triunfo balsámico que acaba con la crisis.