"El rey": Madrid y Atlético, con dinero y sin dinero...cada uno hace lo que puede

Me encantan las rancheras. Mezclan la sabiduría y el arte popular con la profundidad de las pasiones humanas y la búsqueda de una verdad arrebatada que de sentido a la vida. Están arraigadas a un pueblo, a un lugar y unas gentes muy concretas y a la vez se han convertido en música internacional.

Algo así tiene el derbi madrileño por excelencia. Una mezcla de esa pretendida sofisticación del Madrid de los últimos años enfrentado al carácter atávico, barrabrávico, eufórico y esdrújulo de los de Simeone. El argentino es la Chavela Vargas del fútbol actual: pura amabilidad desaforada.

Para mí el mayor error del Atlético es querer parecerse cada vez más en las formas a su eterno vecino rival: estadio deluxe, millonadas en fichajes y una pose aristócrata que no acaba de pegarle. El Madrid sin embargo se mantiene en pie como se mantienen siempre los poderes fácticos, manejando el cotarro a pesar de las crisis, ganando hasta cuando empata.

Porque ninguno acaba de encontrar su verdadera identidad se quedó la cosa en unas tablas que ni fu ni fa. Ambos querían ser el rey pero ninguno lo consiguió del todo. Sólo el Madrid podría apropiarse el título, manteniendo el liderato y adaptando la canción a un ritmo vacilón, de esos que te hacen mover el culo pero sólo un poco.

Con dinero y sin dinero, cada uno hace, en el fondo lo que puede.

La canción de la jornada es “El rey” de José Alfredo Jiménez.