Zidane sale de los Alpes vistiendo el maillot de líder
La ‘pájara’ en París es pasado tras el Pizjuán y el Wanda. El Madrid se ha erizado, a Costa no le dejó ni tocar la pelota en el área, y ha aprendido la lección: ya no hace la goma en la Liga...
Zidane puede sonreír. Podría posar en la foto subido al cajón con el peluche, el ramo de flores y dos azafatas plantándole un beso. El Real Madrid se enfrentaba a tres etapas de alta montaña casi consecutivas (París, Sevilla y el Metropolitano) con un repecho intercalado en el Bernabéu ante un Osasuna hasta entonces impenetrable y ha salido de ello con el maillot de líder a la espera de lo que haga hoy la Real Sociedad en el Pizjuán. Tête de la course, pensará Zizou.
Y eso que lo de París fue una pájara en toda regla. Como aquella de Indurain en Tineo en 1993, con Miguelón diciéndole a Eusebio Unzué un humano “estoy que ni veo”. El 3-0 en el Parque de los Príncipes arrojó por la cuneta al Madrid más vago. Sólo corrió un total de 100 kilómetros, su cifra más baja en Champions en la última década. Tres días después el Sevilla por entonces líder pudo ser el tío del mazo que pusiera a Zidane al pie del abismo, pero este Madrid se erizó. Ni un gol en contra en Nervión, tampoco ninguno Osasuna y dejó a Diego Costa y João Félix sin carreteras hacia Courtois. El de Lagarto es que no logró tocar ni una vez la pelota en el área blanca. “Este Madrid está más juntito, antes ‘pasaba’ de las coberturas defensivas”, analizaba Álvaro Benito en Movistar+LaLiga: “París fue un toque de atención”. James ya lo dijo en la capital gala: “Si hacemos otro partido así es que somos tontos...”.
Faltó un Peter Sagan
En este crossover entre el mundo del pedal y el del balón, Zidane salió en el Wanda a controlar la carrera. El Pajarito Valverde fue el gregario escogido para dar relevos a Casemiro, en lugar de James, más propenso al ataque. Un mensaje inequívoco de arriesgar lo justo al que se sumó el Atlético y el resultado fue un derbi sin apenas demarrajes ni un sprint final que echarse la boca, en el que faltó la bravura de un Valverde (Fede no fue Alejandro) y la locura de un Peter Sagan.
Pero la plantilla blanca dejó Canillejas sin síntomas de que el 0-0 sea malo. “El Madrid sale reforzado a nivel táctico”, comentaba Cañizares en televisión. Sobre todo el Zidane estratega, que neutralizó con soltura a dos especialistas de la pizarra, Lopetegui y Simeone. Ahora Zidane ve en el mapa de ruta tres etapas llanas (Brujas y el sorprendente Granada en Concha Espina, y viaje a Mallorca). Después vendrá el Clásico del Camp Nou, el 26-O. Pero el Madrid ya no empieza esta Liga haciendo la goma como en las dos anteriores hasta terminar descolgado, y Zidane lo aplaude.