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San Sebastián sueña despierto con una Real de Champions

La Real Sociedad vuelve a instalarse entre los cuatros primeros más de dos años después gracias a un equipo reforzado con Ødegaard, Isak, Portu...

San Sebastián sueña despierto con una Real de Champions
GORKA LEIZADIARIO AS

San Sebastián sueña despierta con su Real Sociedad. No es para menos. Cuarto en la tabla y a un punto del liderato después de dos victorias consecutivas muy contundentes, el equipo txuri-urdin está cumpliendo de entrada las altas expectativas que había generado este proyecto gestionado en los despachos por Roberto Olabe y dirigido sobre el terreno de juego por Imanol Alguacil. De hecho, se puede decir que la Real está a día de hoy en el lugar para el que la Dirección de Fútbol realizó el mayor gasto en un mercado de fichajes de verano de la última década en el club donostiarra.

La llegada de jugadores de la talla de Alexander Isak, por el que se pagó 6,5 millones al Borussia Dortmund; Portu a cambio de 10 millones al Girona; Ødegaard cedido por dos temporadas por parte del Real Madrid; Alex Remiro libre del Athletic de Bilbao; Modibo Sagnan a cambio de 5 millones al Lens; y en la recta final del mercado de Nacho Monreal por 250.000 euros al Arsenal llenaron de ilusión a la parroquia txuri-urdin después de la decepción del curso anterior, cuando se quedó a las puertas de Europa en una temporada muy irregular y en la que no se obtuvo el rendimiento exigido a la plantilla más cara en la historia de la Real. Con esos refuerzos, más lo que ya había en la plantilla (Illarramendi, Merino, Willian José, Oyarzabal, Januzaj, Llorente, Zubeldia...), la afición realista se había ilusionado con volver a Europa esta temporada, con un proyecto que vuelve a superar los 100 millones de euros de presupuesto por segundo año consecutivo.

Pero toda esa esperanza puesta en este equipo de Alguacil había que confirmarla cuando rodara el balón con puntos en juego. Y eso es lo que han hecho los realistas en estas primeras jornadas, con tres triunfos, un empate y una derrota que les hizo mucho daño y les ha hecho reaccionar con rabia para sumar dos victorias que no han hecho sino corroborar que en la Real hay mimbres suficientes para convertirse en un candidato serio a los puestos europeos, incluso para soñar con las posiciones de Champions, como cuando dio la campanada con Montanier en el banquillo, y Griezmann y Vela en plan estrellas.

Todo con un fútbol que ha sorprendido a todos, fundamentado en un centro de campo que funciona a las mil maravillas, con Zubeldia poniendo el equilibrio, Merino siendo su fiel escudero y, especialmente, con un Ødegaard que está marcando la diferencia de forma brillante y apuntalando todo lo que prometía cuando llegó con 16 años el Real Madrid. El noruego es un cañón de jugar en la mediapunta y de hacer jugar a sus compañeros, con pases entre líneas imposibles, un factor diferencial repleto de calidad al que hay que sumar a Mikel Oyarzabal, el jugador franquicia de esta Real que siempre suma en los metros finales. A ellos hay que añadir la velocidad explosiva de Portu, el mejor receptor posible para la visión privilegiada de Ødegaard. Y ya si encima sus delanteros referencia, Willian José y Alexander Isak, empiezan a ver puerta; y la defensa con Monreal, Elustondo, Llórente y Zaldua se asienta para cerrar el candado de un Moyá que vive una segunda juventud... nadie sabe cuál es el techo de esta Real que ha hecho que se desate la euforia entre su afición, como demuestra que por primera vez en su historia se haya superado la cifra de 33.000 socios. Dicen que soñar es gratis, y eso hacen los seguidores de la Real, porque con tanta calidad siempre es más fácil. El comienzo invita al optimismo. Toca mantener este ritmo. Pero eso será ya otra historia.