Arrasate, el entrenador que devolvió la ilusión a El Sadar
Los rojillos llevan 16 jornadas sin perder. Hay que remontarse al 23 de marzo para encontrar la última derrota, fue Tenerife, donde cayeron por dos goles a tres.
Tras quedarse a las puertas de disputar la promoción de ascenso a Primera de la mano de un Diego Martínez que no logró enganchar con la afición rojilla, el 20 de junio de 2018, el club pamplonés anunciaba el fichaje de Jagoba Arrasate para dirigir al equipo rojillo durante la pasada temporada. El vizcaíno llegaba, de la mano de Bittor Alkiza, avalado por la buena temporada realizada con el Numancia, con el que estuvo a punto de lograr el ascenso a la máxima categoría. Con una plantilla muy renovada, de la que el propio Arrasate dijo "Tenemos una buena plantilla que hay que convertir en un buen equipo", los inicios no fueron fáciles. Entrenador y jugadores necesitaban mutuamente un tiempo para conectar. De hecho, la primera victoria fuera de casa llegó en la jornada décimo tercera y por aquel entonces nadie imaginaba que Osasuna acabaría por subir a Primera y convertirse en el campeón de Segunda División, con unos números espectaculares.
Sin embargo, el entrenador rojillo consiguió entender a la perfección la filosofía del club navarro y la afición se divertía cada fin de semana viendo jugar a su equipo, lo que propició una impresionante comunión entre equipo y afición. Humilde, trabajador y cercano, se ganó el cariño de la hinchada rojilla, devolviendo la ilusión a El Sadar. En marzo, cuando al equipo todavía le quedaba un buen trecho para lograr el ascenso y era imposible asegurar que se fuera a lograr, Osasuna anunció la renovación de Jagoba. El 20 de mayo, el conjunto navarro regresaba a la élite y en la última jornada de Liga alzaban el trofeo de campeones. El vizcaíno tenía por delante un nuevo reto, esta vez en Primera y de momento, sigue yendo por buen camino. La afición sigue divirtiéndose con su equipo y coreando el nombre de Jagoba Arrasate.
Osasuna, equipo de récords
Osasuna, ese equipo recién ascendido y con uno de los presupuestos más bajos de la categoría. Ese que no tiene jugadores internacionales ni futbolistas con aires de estrella en su equipo, tiene el privilegio de ser el equipo de Primera que más partidos consecutivos suma invicto. Los rojillos llevan 16 jornadas sin perder. Hay que remontarse al 23 de marzo para encontrar la última derrota, fue Tenerife, donde los rojillos cayeron por dos goles a tres.
Si estos números parecen de equipo grande, lo son más todavía los que manejan en su feudo. Hace nada menos que 28 jornadas que un equipo no logra ganar en El Sadar y queda claro que a Osasuna el Tenerife se le atraganta, porque fue precisamente el equipo canario el último en ganar en el estadio rojillo, el 1 de abril de 2018.
Este Osasuna ha pulverizado todos los récords, como el logrado con Ciaurriz como entrenador, en la temporada 1974-1975, cuando consiguieron 15 triunfos seguidos en casa, o el de la temporada 1979-1980, cuando en Segunda, con Alzate, se mantuvieron 9 partidos sin perder, cifra que igualaron con Aguirre, en Primera, en la temporada 2005-2006. En definitiva, que este Osasuna que levanta pasiones ha pulverizado todos los récords.