El Rayo blinda Vallecas ante un Racing que no sabe ganar
Los goles de Saveljich y Bebé dieron a los franjirrojos su segundo triunfo en casa. Ambos equipos se quedaron con diez en un partido donde intervino el VAR y los cántabros fallaron un penalti.
EI Rayo volvió a conjugar el verbo ganar en Vallecas, por segundo partido consecutivo, y el Racing sigue sin pronunciarlo en lo que va de curso. Los goles de Saveljich y Bebé noquearon a un rival que sólo reaccionó tímidamente al final de un choque con todos los ingredientes: hubo dos expulsiones, intervención del VAR y hasta un penalti fallado.
Pronto se subió el Rayo al partido. Bebé abrió fuego con un par de trallazos lejanos, pero el tiro letal no tardó en llegar. Embarba lo puso desde la derecha al corazón del área y Saveljich voló y cabeceó el 1-0. Lejos de que las pulsaciones bajaran... el duelo sufrió una nueva sacudida, por partida doble.
A la media hora, Martín vio la segunda amarilla (segunda titularidad, segunda expulsión). Sin embargo, cuatro minutos después, Nkaka también vio la roja y equilibró las fuerzas.
Antes de que los racinguistas se pudieran recomponer de ese mazazo, sufrieron otro susto. El larguero repelió un certero disparo de falta de Embarba y tuvieron que achicar agua en las jugadas a balón parado.
No quedó saciado el Rayo y, después del descanso, salió a rematar la faena. Luca sacó un tiro a bocajarro de Bebé y otro del portugués también se marchó rozando el palo. Entonces, Ania decidió mover ficha: hizo un doble cambio para virar el rumbo del conjunto cántabro. Y pudo pasar, VAR mediante. Muñiz Ruiz, tras consultar las imágenes, señaló penalti de Luna sobre Cayarga. Eso sí, Yoda lo estrelló en la madera.
El Racing lo volvió a intentar y pidió penalti por una mano (inexistente) de Advíncula. El juego continuó y, acto seguido, el colegiado anuló un gol a Sergio Ruiz por fuera de juego. El Rayo hundió el pie del acelerador, pero se topó con Luca. El meta hizo un paradón a un zurdazo de Embarba.
Ninguno de los contendientes bajaba los brazos. Mario Ortiz se la sirvió de cabeza a Nuha, que no la pudo cazar y dejó a la grada al borde del infarto. Los visitantes pusieron toda la carne en el asador y en la última jugada del encuentro Bebé encontró, en una contra y sin portero, el premio a su persistencia. La del portugués y la del Rayo.