Las claves del primer triunfo en casa del Fuenla en Segunda
Los de Mere siguen sumando de tres en tres. Ahora, en el estreno del Fernando Torres en Segunda División. Las jugadas a balón parado fueron cruciales.
El Fuenlabrada sigue encadenando alegría tras alegría. Esta última jornada, la del debut histórico de su estadio Fernando Torres en el fútbol profesional, hay que sumar otra victoria, la tercera consecutiva. Además, este triunfo se consiguió cuando el árbitro ya amenazaba con pitar el final del encuentro, en el minuto 90’. Desde AS, analizamos algunas de las claves que pone el pleno de victorias en la casillero del Fuenlabrada.
El Fernando Torres, donde se merecía estar
El Torres fue una fiesta como ya avisó Mere en la rueda de prensa previa al partido. “Esto va a ser una auténtica celebración, ellos van a estar a la altura y nosotros también” y el técnico acertó de pleno. Los más de 5.000 aficionados que asistieron a la cita histórica del feudo gallego no dejaron de alentar a su equipo durante los noventa minutos. “Nuestros aficionados han estado a la altura de un partido tan complicado como era el de hoy. El debut siempre está cargado de nervios pero tanto ellos como nosotros supieron estar a la altura”, sentenció Mere al finalizar el encuentro.
El balón parado, fundamental
Que el Fuenlabrada era un gran equipo a balón parado ya se sabía, pero en este inicio de campaña no ha hecho sino fortalecer esta faceta de su juego. Ante el Oviedo, las ocasiones más importantes de los madrileños salieron de jugadas a balón parado. Como el primer gol local, prolongación de Glauder en el primer palo y llegada del delantero Jeisson en el segundo. Estrategia fina y trabajada. Dos piezas capitales en esta fase del juego del Fuenlabrada son los centrales Juanma y David Prieto. Ambos rozaron el gol: David Prieto estrelló el balón al palo, tras el corner botado por Fraile, y el capitán Juanma vio como Alfonso detenía a bocajarro su testarazo
La implicación de los suplentes
Mere ha apostado por el mismo once en las tres primeras jornadas, pero el técnico ha dejado claro desde la primera rueda de prensa que la implicación de todos los miembros de su plantilla es total. Sin embargo, los más escépticos no confiaban en ésto. Ante el Oviedo, se quedaron sin razones para justificar su desconfianza. Oriol Riera y Anderson entraron en el 65’ y 77’, respectivamente, y revitalizaron a un Fuenlabrada que veía como se le escapaba el partido. El delantero Riera supo fajar en todo momento con la defensa ovetense y generar ventajas a sus compañeros con su juego de cara y su 80% de acierto en pases. Mención especial la de Anderson, el extremo se quedó en la grada en el primer partido y en su debut dejó claras sus credenciales: velocidad, verticalidad y descaro. Su gol en el minuto 90, fruto de su picante y su garra, hizo que se desatara la locura en el Fernando Torres. La primera explosión de locura en un Fernando Torres ya profesional de hecho.