El Villarreal B destroza a un Hércules que no arranca
El equipo de Planagumà se adelantó en el marcador y fue mejor en el primer acto, pero se vino abajo tras el descanso y le remontaron (1-2).
EI Hércules no arranca y parece que todavía no se ha repuesto del varapalo que sufrió ante la Ponferradina. La segunda parte que firmó ayer el conjunto blanquiazul ante el Villarreal B fue de equipo deprimido, triste y roto. El filial, tras verse superado en la primera parte, le pasó por encima en los segundos 45 minutos y dejó a Planagumà con dudas porque sólo ha sumado un punto de seis. Este inicio no tiene nada que ver con el del pasado curso, con aquel pleno que ilusionó a todo el mundo. Ahora, el empate ante el Prat y la derrota ante el Villarreal B (1-2) hace que se tenga que remar en contra desde el minuto cero.
El Hércules mostró dos caras y cambió tras el descanso. El filial, creció. Se hizo mayor de golpe, en la charla de Álvarez. El conjunto alicantino dominó el juego y tuvo las ocasiones más claras. El Hércules mandaba en casi todos los escenarios, sobre todo en las acciones a balón parado. Jona y Pablo avisaron y Yeray marcó el primer gol tras un rechace que le permitió cruzar bien el balón ante Diego. Con 1-0, Jona, en una versión mejorada, tuvo el segundo pero falló en el primer palo una asistencia de Alfaro. El malagueño no solía perdonar esas. En Alicante le persigue una maldición.
Del gol de la tranquilidad se pasó al empate por unas manos inocentes de Nani. El árbitro señaló penalti mientras los jugadores del Hércules reclamaban que había sido fuera del área. Eduardo disparó a la madera el penalti, pero el rechace le cayó a Lozano para marcar el empate. Ahí murió el Hércules.
El equipo de Planagumà se vio superado por el filial, liderado por un Akele que hizo diabluras hasta marcar un gol de bandera. Arrancó, paró y fusiló a Falcón para firmar la remontada amarilla, dejando por el camino a Olmedo. Antes de ese gol, Yeray había perdonado el segundo tras toparse con Diego. El 1-2 dejó noqueado al Hércules, que no terminó goleado porque Falcón realizó tres paradas de mucho mérito. Al final, el Hércules terminó roto y con dudas.