Sekou rompe en el 93’ el sueño del primer triunfo racinguista
El Almería solo funcionó cuando incorporó a Lazo y Rahmani. Al Racing se le hizo muy larga la recta final del partido.
Es muy importante el compromiso, la táctica, preparar los partidos, correr..., esas cosas que dependen fundamentalmente de ti, de querer hacerlo. Pero muchas veces los choques se resuelven por un chispazo. Por talento. Y eso lo tienen los que lo tienen. Entre ellos, entre los talentosos está Karim Yoda, que con un gran control a una diagonal de 40 metros, una conducción de fuera a dentro y un trallazo desde la frontal a donde antaño estaba el hierro empezó a encarrilar el partido.
Hasta entonces, el partido había discurrido igualado, con más gusto por el balón de los locales, con más pelotazos en busca de Sekou, un tallo de 1,90 muy difícil de parar, con la esperanza de ganar la segunda jugada. Solo una vez, en la que Sekou remató con el pecho en el área chica, asustaron los de Pedro Emanuel a El Sardinero en la primera mitad.
En la segunda parte intentó juntar más las líneas y tratar de cazar una contra, pero la lesión de Toribio, que se despeñó desde las alturas desequilibrado por Aguza (al que probablemente el árbitro le perdonó la segunda amarilla). Sin centrocampistas en el banquillo, Ania debió acoplar ahí a un lateral zurdo como Abraham. Entre eso y que la salida al campo de Lazo y Rahmani dio mayor poso con balón al Almería, el partido se fue escorando hacia el lado andaluz. Cerca del área, eso sí, con una única jugada: balón a la hoya.
Al Racing se le hizo muy larga la recta final del partido, incapaz de dar dos pases seguidos y regalando faltas continuamente en el centro del campo. Una de ellas, en el 93’, fue determinante. Sergio Ruiz se equivocó derribando a Lazo y la defensa del centro frontal fue penosa, con Nuha especialmente perdido. Sekou encontró el premio que se mereció su trabajo.