Garrido: "La radio es mi adicción total, la llevo en el ADN"

¿A qué saben los primeros Carruseles tras el verano?

A la misma pasión de siempre. Uno está de vacaciones muy bien, pero ya había mono. Nuestra pasión es contar el deporte y llegamos con mucha energía a un año muy exigente, repleto de citas.

¿Qué tendrá de nuevo este Carrusel Deportivo que ya cumple 67 años?

Aparecerán sorpresas. Tenemos nuevo hogar: un estudio 2.0, interactivo, más confortable y con la última tecnología. Si decimos en Carrusel que la radio se escucha y se ve, este año más. Les invitamos a verla por dentro, sea conectándose a las redes o viendo Carrusel aquí en el estudio. Y después, seguir evolucionando por la línea del buen rollo que llevamos. Carrusel es una gozada, un fluir de voces, opiniones y sonidos en el que cada uno sabe tocar su tecla en el momento cumbre y el director apenas tiene que intervenir al final.

¿Sigue imponiendo sentarse en esa silla de tanta enjundia?

Todos los días. En fechas señaladas a uno el corazón se le acelera y la piel se le pone de gallina. Pero cada día, segundos antes de que se encienda la luz roja, experimento la tensión, el nervio y la mariposa en el estómago. Me gusta sentirla. Sé dónde me siento, conozco el valor de mis compañeros y el respeto que hay que tener por la audiencia.

¿Duerme antes del EGM?

Es innegable que es el día de notas y ante ellas experimentas cierto nervio. El que no lo reconozca, no tiene sangre. Pero nos ha ido tan bien y estamos tan contentos con ese datazo que estamos muy agradecidos. Nos da un impulso y una satisfacción muy grande para seguir en la misma línea, ser constructivos y escuchar mucho a la gente de Carrusel que nos escribe. La relación con ellos es una de las cosas que queremos potenciar.

¿Le dolió la salida de Cañizares en dirección a otra radio?

Tenemos el mejor plantel de comentaristas, con unos conocimientos excelsos que nos dan un punto de calidad enorme. Cañizares estuvo once temporadas con nosotros y nuestra relación con él siempre ha sido muy buena. Optó por continuar en otro lugar y la gente es libre. Creo que estuvo muy a gusto aquí.

¿Se replanteó algo sobre los comentaristas tras el despido de Álvaro Benito del Madrid?

Nada. Es un comentarista enorme, con un talento increíble y un gran futuro. Fue un capítulo puntual de su vida. Sigue siendo un miembro destacado de Carrusel, lo queremos siempre aquí.

¿Saben ya Pablo Pinto y Antón Meana dónde va a jugar Neymar?

Puede que tengan alguna pista ya. Carrusel Confidential es una sección que funciona muy bien, muy seguida por otros medios. Son muy buenos periodistas y mantienen sus cuidadas fuentes y noticias hasta el final.

¿Perdimos muchos años de Daimiel hablando sólo de NBA?

Es una maravilla, una de las personas más inteligentes que me he encontrado. En Lo que nadie se atreve a responder nunca sabe las preguntas fastidiadas que le esperan. Y en sus respuestas es ácido, irónico, perspicaz… Le da un punto de electricidad y originalidad a Carrusel. Con él, Carlos Marañón y Axel Torres se puede hablar de la vida.

¿Qué es la radio para usted?

Una adicción total que llevo en el ADN. La escucho desde niño por mi madre, que era fan absoluta. Hasta a veces sueño que llego tarde o me quedo afónico, pero son por la responsabilidad y la ilusión de hacerlo bien. Llevo 20 años en la SER y me gustaría que fueran 30 más.

¿Cómo fue el primero?

Se lo debo a Iñigo Markinez. Me cogió para unas prácticas en Radio Bilbao. Es mi padre profesional. Ahora dirijo Carrusel, que es mi pasión. Soñaba con llegar, pero no me veía. Ahora me veo y siento un orgullo muy grande.

¿Logró mantener el tipo con la chilena de Aduriz al Barça?

Muy buena pregunta, es que ahora hacemos streaming y nos ven (risas). Tengo un cariño especial al Athletic por mis tíos. Aunque el gol me pilló ya proyectado al post y no lo vi bien. Luego llegué a casa y ya lo disfruté.