Tras los pasos de Carlsson y la Delantera de Cristal
El Atlético juega hoy en Solna, donde se forjó una de sus leyendas. Su nieto Magnus es el depositario de su memoria y de su pasión rojiblanca.
A poco más de un kilómetro del Friends Arena, el moderno estadio donde hoy el Atlético y la Juventus se miden para terminar la pretemporada, se puede recorrer la calle de Garvis Carlsson, justo en la zona donde antes se levantaba el mítico Råsunda Stadion. El legendario coliseo de Solna, que tuvo el honor de albergar dos finales mundiales (la masculina en 1958 y la femenina en 1995), fue demolido para dar paso a una zona comercial y de oficinas, pero la ciudad decidió honrar en el área donde protagonizó muchas de sus gestas a Nils Gustav Henry Carlsson (Falköping, 29 de octubre de 1917- Solna, Estocolmo, 28 de mayo de 1999). El sentimiento colchonero también tiene un pedazo importante de su pasado en Suecia. Un único jugador de aquel país se ha enfundado la rojiblanca y uno sólo bastó para hacer historia.
Magnus Carlsson, su nieto, se ha convertido en depositario de su legado y heredero de su pasión rojiblanca. “Me encantaba escucharle junto a mis primos y a mi hermana, las historias de sus partidos en el Atlético, recordaba casi cada gol y convirtió a toda la familia en atlética”, explica emocionado. Los Carlsson, como no podía ser de otra forma, profesan amor por el Atlético y por el AIk Solna.
El abuelo se erigió en estrella sueca jugando para el club del municipio norte de Estocolmo. “El Råsunda Stadion fue demolido sin que ningún jugador batiera su récord de goles en él, tras los conseguidos allí con el AIK y la selección, casi 100 goles”, explica Magnus. Henry jugó diez años con el AIK, entre 1939 y 1949, pudieron ser más, pero la Segunda Guerra Mundial impidió más partidos internacionales.
Pero en 1948 fue partícipe del primer gran logro del fútbol sueco, la medalla de oro en los Juegos Olímpicos. Aquella cita le abrió paso al fútbol de más alto nivel y su nieto relata una historia poco conocida y curiosa. “Antes de llegar a Francia, precisamente la Juventus le hizo una gran oferta, pero la declinó, en su lugar prefirió aceptar una para seguir jugando como amateur en el Stade Français a las órdenes de Helenio Herrera, después el técnico argentino llegó al Atlético y reclutó a mi abuelo para ser profesional después de apenas unos meses en Francia”, explica Magnus apoyado en la memoria de su padre Pär-Åke. ‘Garvis’ aterrizó en el Atlético para convertirse en leyenda. Ganó dos ligas y una Copa Eva Duarte en cuatro temporadas, 102 partidos y 36 goles, y formó parte de una de las delanteras más recordadas del Atlético, la de Cristal, junto a Juncosa, Pérez-Payá, Ben Barek y Escudero.
Carlsson y Ben Barek.
En 2017, coincidiendo con los 100 años del nacimiento de ‘Garvis’ Carlsson, Falköping, su ciudad natal, levantó una estatua en su honor y la familia colaboró con recuerdos personales. “Ese reconocimiento, el del Metropolitano y el de Solna llenan de orgullo a la familia y honran su memoria; hoy recuerdo con mis primos cuando nosotros jugábamos partidos y mi abuelo nunca faltaba desde la banda para darnos indicaciones, era nuestro mayor fan y nuestro mayor ídolo, a mi hijo, de hecho, le pusimos Henry”, comenta Magnus quien hoy no faltará junto a su padre y a su hermana Malin a la cita del Friends Arena.