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ESPANYOL

Cembranos: el perico de Lucerna

El ahora entrenador del Leganés B y antes jugador del Espanyol nació en la ciudad suiza que recibirá al Espanyol. Recuerda su niñez y su etapa de blanquiazul.

Luis Cembranos.
PEPE ANDRES

José Luis y María Luisa decidieron en 1971 cambiar los Montes de León por los Alpes. Emigraron a Suiza en busca de oportunidades laborales. Se instalaron en Lucerna y empezaron a trabajar en la restauración. A los pocos meses, en 1972, nació Luis, su primer hijo, y dos años después la mujer dio luz a una niña. A finales de ese 1974, la familia decidió regresar a León pero Lucerna se convirtió en una ciudad imborrable para el protagonista de esta historia. Ese Luis es el experico Luis Cembranos.

“Viví mis dos primeros años, tengo fotografías y suelo visitarla. Hace un año y medio estuve allí. Le tengo cariño. La ciudad es espectacular y siempre que voy me hace ilusión, pero, claro, yo no tengo ningún recuerdo”, comenta el ahora técnico del Leganés B, que sigue la actualidad del Espanyol y que se percató desde el sorteo de que esta casualidad que depara el fútbol. El Espanyol nunca ha tenido un jugador suizo en sus filas, pero lo más parecido es Cembranos, suizo administrativo aunque leonés de corazón, con la doble nacionalidad.

En enero de 1995, y después de haber debutado en el Barcelona de Johan Cruyff, Cembranos recala en el Espanyol. “Guardo un grato recuerdo de esa etapa. Llegué al club porque fui una apuesta personal de Camacho”, resume. De 1995 a 1999, el mediapunta vivió una etapa importante en la historia del Espanyol. Los últimos años de vida de Sarrià y el comienzo de la dulce etapa de Montjuïc, la llegada de Marcelo Bielsa y su huida, así como la irrupción de la generación de la Intertoto y la participación europea del club.

“El espanyol me dio estabilidad”, comenta el jugador, que actuó 70 partidos aunque nunca logró consolidarse como titular indiscutible. “Fue una época importante dentro del club. La llegada de Camacho reactivó todo, fue un reclamo social. El club evolucionó”, sintetizó. El jugador de Lucerna reconoce que la clave de aquella etapa era el grupo humano que formaron algunos jugadores ya consolidados: “Hubo conexión entre jugadores. Fresnedoso, Lardín, Arteaga, Raúl... Había algo más. Luego hubo unos que se fueron y otros que llegaron como Sergio, Tamudo, Morales... Venían apostando y apretando fuerte”.

Su predilección por Sergio, quien heredó su 8

De todos aquellos jugadores, y quizás por similitudes en el juego, Cembranos se queda con el mediocentro perico, ahora entrenador del Valladolid y en el pasado técnico también del Espanyol: “Si tuviera que quedarme con alguien sería con Sergio: es una persona que le vi crecer, asentarse en el club, le vi entrar en el primer equipo. Heredó el número ocho y además tiene familia en León”, lo celebró. Pero, luego, Cembranos pasó del cielo al infierno en el Espanyol en un abrir y cerrar de ojos.

“Una de las experiencias más intensas la viví con Bielsa. Fue una pena. Fue un gran valedor mío. Como entrenador era exigente, metódico, intenso... Enriquecedor. Guardo un grato recuerdo, apostó por mí. No quiso que saliera en el inicio de temporada. Y cuando él se fue, me fui yo”, comentó. Ahora, Cembranos ve al Espanyol en “progresión” y disfruta del fútbol con una “atractiva” etapa en el Leganés B, un club que empieza a apostar fuerte por la cantera y por su filial.

“Tengo un reto importante y una aventura apasionante. Estoy ahora en un club que crece a pasos agigantados. Siempre he sido un entrenador formador de jóvenes jugadores. Quiero aprovechar la oportunidad y tener una buena temporada”, valoró.

Mientras tanto, verá por televisión la eliminatoria de su ex club ante el Lucerna, la ciudad que le vio nacer aunque él no lo recuerde.