Brilla Vitolo, maravilla Joao Félix
Marcó y asistió a Diego Costa para ponerle la puntilla al All Star MLS en media hora. Simeone salió de inicio con una Unidad B que volvió a comandar Vitolo y en la que marcó Llorente.
El Atlético cerró ayer su particular conquista de Norteamérica. Después del derbi en New Jersey, la siguiente chincheta en su mapa fue Orlando. La puso Vitolo, la apretó Joao Félix, a quien sienta de maravilla aquello de Ali. “Flota como una mariposa, pica como una avispa”. Tan joven. Gol y asistencia en un llenar de ooooohhhh la última media hora del partido. Había saltado el Cholo ante el All Star de la MLS con su Unidad B. Enfrente un once de gala al que sólo le faltaba el confeti, lleno de tantos nombres que muchas veces fueron deseos (Ibrahimovic, Nani, Carlos Vela) o terror de leerlos en una alineación contraria (Rooney). Al “rubio del nombre tan raro”, como hubiera dicho Luis Aragonés, Schweinsteiger, le tocaba banquillo. Como a los Costa, Saúl, Koke, Oblak y el propio Joao Félix. La purpurina de inicio del Cholo eran Felipe, Herrera o Llorente con Correa y Vitolo en punta. Suficiente. Y eso que todos estuvieron a punto de no jugarlo. Bastaba mirar al cielo para saberlo: una amenaza de tormenta eléctrica lo retrasó cuarenta minutos.
Pero se jugó, finalmente pudo jugarse. En cuanto el balón comenzó a rodar fue un futbolista quien llenó la hierba de chispas, Rooney, por eso de quien tuvo retuvo y al inglés, hoy del DC United, se le sigue cayendo la clase del bolsillo. El peligro del All Star de la MLS partía de sus botas. Comenzó con un pase de filigrana a Vela, que el mexicano controló con el hombro antes de que la jugada muriera ante Adán. Siguió con pases en largo y cambios de juego. Pero Simeone tenía un plan: balones a Vitolo y que éste inventara como todo este verano, mucho hombre en la frontal y laterales largos. El centro lo controlaba Herrera y ojo: la competencia este año en el centro del campo apunta a feroz.
Brilla Vitolo, maravilla Joao Félix
Avisó primero el Atleti, Vitolo fino en el regate y entre líneas, buscando siempre la verticalidad. Pero una vez Riquelme pateó demasiado alto y otra atajó Guza. Durante un rato Ibrahimovic y Vela hicieron las paces para tramar diabluras y la MLS, peligrosa a la contra con espacios, apretó un rato. No ahogó porque un disparo de Rooney se fue milímetros silbando sobre el travesaño de Adán. Zimmerman o Guzan, sus compañeros, a veces jugaban, a veces se dedicaban a narrar por un micrófono que la tele les había instalado. Para ellos era espectáculo. El fútbol era cosa de Vitolo.
Un Vitolo que seguía siendo plan del Cholo para liderar a los chavales. Destacó Manu Sánchez, apabulló Riquelme, todo desparpajo. Cuando el descanso asomaba bajo la lluvia e Ibra ya se había marchado (entre pitos a O’Connor por quitarle), Herrera le encontraba y el chico se sacaba un toque de tacón para asistir a Llorente. Gol y el partido donde quería el Cholo antes de que a la MLS se modificara casi al completo. Simeone aguantó sus cambios. El "rubio" Schweinsteiger estaba en la hierba al comenzar la segunda parte. Vela, Pozuelo o Nani ya no. Saludó Rossi al partido con una volea y dominó la MLS, más fresca de piernas, hasta que Simeone agitó el árbol después de que Adán salvara ante Lodeiro. Era el minuto 55, los titulares rojiblancos dentro y focos a Joao Félix, por favor. Le bastó rozar un balón para inventarse una ocasión. Sería sólo su primer truco en un partido que volvería a llenar de su magia.
Koke ocupaba el mediocentro para buscar los desmarques del portugués, que toca la pelota y parece que algo va a pasar, que todo va a pasar, de hecho. Porque jugaba el Atleti con Joao Félix y Lemar por dentro, dos puñales en las bandas, Trippier y Lodi, y una fiera, Costa, para la que tampoco existen amistosos: las tuvo con Pirez y Schweinsteiger en los minutos que la MLS, desde la bota del segundo, amenazó a balón parado. Hasta que Joao Félix decidió bajarle el telón al partido. Porque él es uno de esos futbolistas que parece haber venido también de otro planeta. Primero hizo el 0-2 con un latigazo letal, después asistió a Costa con un pase de frotarse los ojos para el 0-3. Es verano aún, todavía pronto para todo, pero qué baratos empiezan a parecer ya los 127 millones pagados al Benfica... En Norteamérica ya lo saben, ya lo vieron sus ojos.