Los meritorios del Lega lideran una seria despedida de Tánger
Alineación de lujo con Braithwaite entonado y buena imagen pepinera. Tarín fue expulsado; el Ittihad también acabó con 10.
El Leganés despidió su estadía en Tánger (mañana vuelven a Madrid) con un triunfo solvente, segundo de la pretemporada, frente el Ittihad, equipo con el que los pepineros mantiene un convenio de colaboración que sobre el césped del IBN Batuta mutó en declaración de guerra: Tarín y Aaraba se fueron expulsados. El exceso de juego duro de los locales no frenó la buena imagen de los madrileños, especialmente en una primera parte liderada por Braithwaite. Eraso (golazo de vaselina) y Sabin Merino (de cabeza tras córner) pusieron los goles de un Lega que incluso mereció golear y que sigue invicto en verano. Ruibal estrelló al filo del final un balón en la madera.
En la pizarra de Pellegrino el partido destiñó el calificativo de amistoso para acabar dejando al aire un lienzo de prueba seria. Tanto como la alineación pepinera, que, a día de hoy, bien podría ser la inicial de LaLiga. Sacó el Flaco todo lo que tiene. Eso incluyó defensa de cinco (el 5-3-2 es intocable), Marc Navarro en el carril diestro (adiós experimentos por ese flanco) y Braithwaite con Sabin Merino en punta. Apenas después de un entrenamiento, el recién incorporado En Nesyri fue carne de cautela. No disputó ni un minuto. Tampoco hizo falta.
Al contrario que lo visto el miércoles ante el Raja Casablanca, esta vez quiso el Lega darse bríos de equipo serio y compactado. Ayudó un rival menor que el primer enemigo en tierras alauís, aunque el nivel del contrario no desmereció una buena puesta de escena en la que Braithwaite regó el césped de sudor e ímpetu. Velocidad y ocasiones.
Su rúbrica estuvo presente en tres de ellas, claras todas mientras del cielo de Tánger descargó leve llovizna que hizo el césped más rápido. Un pasto por el que el danés derrapó en una exhibición de anhelos renovados. Ha vuelto con ganas. Se le nota. Denominador común (las ganas) a un Javi Eraso que anclado a su filosofía de trabajo silencioso pretende demostrar que merece un rol más relevante en este equipo al que se le dio el curso pasado. Su gol de vaselina casi en el descanso (al igual que su titularidad y su buen partido) nutren sus esperanzas.
Tan en serio se tomó Pellegrino el duelo que al descansó borró la tradición veraniega del carrusel de cambios y mantuvo el once del inicio. También se perpetuaron el ritmo y el colmillo retorcido de los españoles, empeñados en circular la bola con rapidez y hacer de la presión alta un dogma de fe que regaló frutos a balón parado en la testa de otro meritorio. Sabin Merino hizo su tercer gol del verano (es el máximo artillero de pretemporada) después de un buen córner de Óscar.
A partir de ahí, el duelo se calentó. A la roja a Aarab por doble amarilla (entradón a Eraso) le siguió la lesión de Kravets (un codazo en la nariz lo dejó KO) y la expulsión de Tarín también por doble amarilla (la segunda por cortar una contra después de ver la primera por protestar). Escaramuzas que, con los cambios, destemplaron el ritmo de juego. Aún dio tiempo a que Ruibal mandara un balón al palo en medio de la retornada llovizna de Tánger, ésa que despidió a un equipo más identificable en su ADN, feliz por dejar Marruecos sintiéndose otra vez el de siempre ante el espejo.