Reacción final del Athletic para empatar ante el Paderborn

El Athletic tuvo el coraje y la pillería de aprovechar los fallos enemigos para nivelar un 3-1 en contra en la media hora final del segundo amistoso de la pretemporada, ante el Paderborn, un recién ascendido a la Bundesliga que mostró entusiasmo y candidez en ciertas acciones. Garitano dejó fuera de la lista de 25 a Lekue, lesionado, e Iñigo Martínez, que sale de unos problemas musculares. Y en las rotaciones que anda aplicando, esta vez no se vistieron Unai López ni Williams. Ganea, que trata de cerrar su cesión a un Segunda, se quedó en la grada. Hoy, en el cierre de la estadía en Marienfeld, tiene previsto ensayar con un equipo diferente, ante un rival de más enjundia, un Monchengladbach que quedó quinto en la competición germana y se ganó un billete para la Europa League.

Bajo el calor de Gütersloh (con dos pausas para hidratarse), el técnico de Derio puso en liza un equipo con pocos jugadores llamados a la titularidad en la Liga: Yeray, Beñat, Raúl García y después ya sacó al verde a más munición: Yuri, Muniain, Córdoba y Aduriz. Todo empezó como en un cuento de hadas, en el primer minuto, apenas tras sacar de medio campo. Un golpeo de Vesga a ver qué salía hacia delante le cayó llovido a Larrazabal, que dejó botar la bola y desde fuera del área pegó un derechazo que se coló junto al poste izquierdo de Huth. Los alemanes no habían tenido tiempo ni para situarse. Toda una gentileza (luego vendrían otras dos). El entrenador Steffen Baumgart quería ver en acción a cinco de los fichajes y torció el gesto: el portero Huth, el lateral derecho Jans y izquierdo Holtmann y los veteranos centrales Hünemeier y Strohdiek. Dieron mucho el cante en su absoluta falta de entendimiento. El hijo del mítico Aitor (con Larra en su camiseta) estuvo muy bullicioso, como de costumbre. El tanto dio mucha confianza a los leones. El equipo empezó dominando el juego, sin dar patadones, elaborando y tirando bien la presión Mención de honor para Kodro e Iñigo Vicente, que aportaron cosas diferentes en ataque. El hispano-bosnio aprobó la prueba con mucha templanza y su habitual trabajo estajanovista bajando a recuperar balones y descargar. Pero le falta asociarse con el gol. Y el 'mago' siempre huele la sangre; tuvo varias opciones de anotar, una anulada por fuera de juego

Pero a los 15 minutos, el Paderborn dio un paso al frente. Esa seguridad defensiva que trata de cimentar Garitano falló en el balón parado. Un córner prolongado por Vasiliadis permitió remachar solo en el segundo palo a Zolinski. El Athletic fue perdiendo chispa sobre un campo seco. Se enredó un tanto. Recibió otros dos goles y perdió la compostura. Mediado el segundo acto llegó un cambio de rostro completo: Simón; Capa, Núñez, Nolaskoain, Yuri; San José, Sancet; Ibai, Muniain, Córdoba; y Aduriz. El Athletic recobró el oxígeno y la presión le dio premio. Gracias a ella quedó en entredicho la solvencia defensiva germana. El portero del Paderborn pifió fuera del área y Córdoba aprovechó el regalo con un buen zurdazo a modo de vaselina.

Muniain tomó las riendas y el equipo se asomó por el balcón del área rival, aunque Shelton tuvo la puntilla. El Athletic tuvo más argumentos al final. De nuevo gracias a ir a buscar al contrario muy arriba, se lió el portero Huth y su línea de zagueros, lo que permitió robar a Aduriz. Se la pasó a Sancet, que en un segundo profundizó y dio en el larguero; el rechace permitió a Muniain empatar casi sobre la bocina. Oihan también le dio otro aire al equipo gracias a su actividad y ese don que tiene para mover la pelota con mucha clarividencia.