El Fuenla inaugura las derrotas del Alavés con susto incluido
José Luis se marchó lesionado y dejó la imagen preocupante del partido. Se fue sin poder apoyar el tobillo derecho. Los madrileños generaron más ocasiones: marcó Javi Gómez.
En la pradera segoviana (literal) el Alavés perdió su segundo partido de pretemporada (0-1) ante el Fuenlabrada, un recién bautizado en Segunda que supo atenazar bien los mecanismos ofensivos babazorros e incluso se atrevió a crear más peligro en la meta ajena que el que le hicieron en la propia. Panorama típico de pretemporada que dejó la lesión de José Luis como la otra nota negativa. El panameño se marchó tocado del tobillo antes de que Javi Gómez marcara al final del partido el gol que sentenció a los de Garitano.
Quiso el choque inaugurarse con sensaciones de duelo agitado y neblina en aquello de distinguir las categorías de uno y otro. Se camufló el Fuenla con disfraz de algo más que equipo de plata y sorprendió a un Alavés al que las piernas le pesaron como si lo suyo no fuera batallar en Primera. La igualdad también se hizo carne en ese frágil asunto que es mover la pelota con criterio. ¿Y las ocasiones? Ésas fueron para los madrileños, que aprovecharon el descaro de sus extremos para buscar las cosquillas a Martín y Adrián en una batalla de velocistas. También de físico viril. Traduciendo: alguno se pasó en la tarea de rascar la pierna contraria. Precisamente de una falta demasiado impetuosa de Pere Pons nació el casi gol de Hugo Fraile. Su falta rozó el palo izquierdo de Pacheco.
Afortunadamente para el Alavés la moda del ‘cooling break’ refrescó las ideas ofensivas de los suyos, que dinamizaron su juego tras el buchito de agua y amagaron con marcar después de un zapatazo de Joselu. Lucas embocó a gol el rechace-asistencia de Manu García, pero la banderola del asistente rasgó el cielo segoviano. Fuera de juego.
El susto sólo envalentonó a un Fuenla burbujeante tras los cambios del descanso. Clavería rozó de nuevo el gol, pero Sivera sacó una mano para la épica que inauguró los minutos del desierto. También de la preocupación. La sequía de fútbol se inundó con los gritos de José Luis, que se lesionó solo en un mal apoyo. Los fisios del Alavés lo retiraron con la mirada preocupada de Mikel Iribas clavada en la nuca. El lateral derecho del Fuenla vio como se lesionaba a su lado. No es trago de buen gusto ver tocado a un compañero de profesión.
Y hablando de tragos, de nuevo los del ‘cooling break’ agitaron el asunto, pero esta vez para los madrileños. Sivera evitó que Randy lograse lo que consiguió Javi Gómez en el 86’. El vallecano marcó a pase del japonés Kato (amigo de Fernando Torres) e inauguró el casillero de derrotas vitorianas en la era Garitano.